Luigi Ferrajoli
Fragmentos de ideas e imágenes sobre la
actualidad
Antonio
Mercado Flórez. Filósofo y Pensador.
Debemos tener presente que el Estado de derecho y el derecho en particular, se constituyen en un sistema vinculante con el ámbito político que define a la democracia. En este orden puede existir derecho sin democracia, pero no democracia sin derecho. Una democracia constitucional sin Constitución que ordene y regule el Orden Jurídico, no garantiza la protección de la vida y la libertad de los ciudadanos. Bebiendo de las fuentes de Montesquieu la separación de poderes es importante para el Orden Jurídico (el poder judicial) y el poder ejecutivo y el legislativo que deben aplicarse en la separación de los partidos políticos y las instituciones.
Con
la democracia en entredicho (por el nacional-populismo y el autoritarismo
político), el espíritu vivo de la política se ha reducido a espectáculo donde
prevalece el presente-actual, lo fútil y pasajero de vida social. Un ámbito
donde la representación de la representación degrada la política y lo común de
los ciudadanos. Es decir, la pluralidad y la vida en común en el cuerpo social.
Qué alternativas hay a la real politik cuando solo le interesa la producción y el comercio de
armas como implementar la guerra a escala planetaria. Vivimos en un combate
permanente y aún los pacifistas y humanistas hacen parte de ella. Se trata de
desplazar la visión que se tiene de la humanidad, de las personas, los bienes
naturales de las naciones y los derechos fundamentales para ponerlos al
servicio de la humanidad y no de su destrucción. Como dice el filósofo del
derecho Luigi Ferrajoli: “Se trata de asumir la existencia real de una
humanidad mestiza, en la que se asegure la salud y la subsistencia de las
personas, que puedan desplazarse donde quieran. Hay un nexo claro entre la
salud de las personas y la del planeta”.
Que
en política internacional y nacional todo es un proceso. Y la estatura moral y
política de una clase dirigente se mide no por incentivar la polarización, la
exclusión, el enfrentamiento armado o, el que se da en los medios de información
de masas y las redes sociales, sino en la búsqueda del dialogo y el consenso,
en temas fundamentales para la nación. No es un proceso simple e inmediato,
pero es imprescindible la consumación de la paz como un valor prioritario, para
las naciones del mundo. Porque la guerra y la violencia en todas sus formas, es
un crimen grave contra las poblaciones nacionales y la humanidad, ya que viola
todos los derechos y las libertades, enfrentando hasta la muerte a los seres
humanos entre sí. Quienes así piensan y actúan son los grandes estadistas y
personas de los pueblos y las naciones de la humanidad.
En
Colombia, por ejemplo, la clase dirigente llevó durante la segunda mitad del
siglo XX, la “grave labor de deseducación masiva, civil, moral y política”,
para enfrentarnos a un estado de guerra permanente sin consideración por la
vida de la persona humana. Se trata en la actualidad que las ideas y las
opiniones políticas se combatan con la razón, la dialéctica y, no con la
violencia, la discriminación y la muerte. Esto es válido en el contexto
nacional como en el internacional. Estas opiniones tienen importancia tanto en
un ámbito de autoritarismo populista o nacionalista de izquierda o, de derecha.
Creo
en la idea de Kant que el filósofo Luigi Ferrajoli hace suya:
“Sin
la esperanza de tiempos mejores no habría espacio para la moral y para la
política. La política es la
construcción del futuro, que se
basa, en que es posible un mundo diferente”.
Todo
acontecimiento de convivencia y de paz implica integración social y política, y
también crecimiento de la democracia. Se trata de un despertar de la razón que
nos eleve a las fuentes del espíritu y de la zona de la sentimentalidad: tener presente que “el sentimiento de
cercanía, del valor no simbólico, fundado en sí mismo, se desvanece y a cambio
el movimiento de las unidades vivientes es dirigido a gran distancia”, y la
razón baje llena de sentido para la vida, el mundo y su realidad. Y así,
superar lo que Martin Heidegger dijo en “Carta
sobre el <<Humanismo>>, refiriéndose a los nazis durante la
Segunda Guerra Mundial y el proceso destructivo en marcha que fueron las
matanzas en masa, los fusilamientos y el Holocausto:
“La razón se mal interpretó como racional. Y
lo irracional en tanto engendro de lo racional impensado, prestó curiosos
servicios”.
Esto
demostró que la razón es cruel y ahora se expresa la crueldad en los
instrumentos técnicos: los medios de comunicación social, las redes sociales,
Internet y las imágenes en movimiento. Observamos que el proceso destructivo de
la razón que empieza en la Primera Guerra Mundial y llega a su máxima expresión
durante la Segunda Guerra Mundial hasta hoy, todavía está en marcha. Esto
demuestra que el hombre en esta alta civilización tecnológica, de masas y de cultura
de masas, se convirtió en número o en objeto.
En este orden dijo
Ernst Jünger:
“el
hombre vive un proceso de aceración”.
Y,
en el texto “Radiaciones I. Diarios de la
segunda guerra mundial (1939 – 1943)”, expresó: “El ser humano se ha
colocado fuera de la obra, se ha salido de ella; ésta se ha vuelto autónoma, y
ahora aquel deviene cada vez más sustituible y prescindible. Se lo puede
cambiar como se cambia una parte de una máquina, y también los resultados a que
el hombre llega y aun sus conocimientos han nacido fuera de él; más que
intervenir en los acontecimientos, lo que esos resultados y conocimientos hacen
es orquestarlos. A medida que va desapareciendo la originalidad del ser humano
desaparece también su imprescindibilidad; con ello desaparece asimismo el
respeto a él”.
La
visión de la izquierda en la actualidad debe ser convincente y sus propuestas
en caminadas a la búsqueda de la justicia, las reformas sociales que
posibiliten un mundo mejor, más igualitario y justo. Posibilitar un lenguaje
basado en la libertad, la ecología, la sostenibilidad y la inclusión de las
minorías étnicas y el respeto a las decisiones sexuales. Tener consciencia que
la democracia no se reduce al insulto, la agresividad, la violencia, sino en
alcanzar la convivencia, la tolerancia y el respeto a la dignidad de la persona
humana. Una de las manifestaciones de la degradación de la democracia es, que
se está reduciendo a la aclamación y
los insultos de los miembros del
partido en los parlamentos y las propuestas
programáticas se sustituyen por la
Cultura del espectáculo de los medios de información y las redes sociales.
La
democracia se fortalece cuando sus representantes respetan las instituciones,
la división de los poderes públicos. No cuando las necesidades materiales,
morales, educativas, culturales y económicas, se reducen a los intereses del
partido. Por eso los partidos no deben impedir la acción de la sociedad civil,
sino incrementarla. Porque de esa manera se incrementa la libertad y la
participación ciudadana en los asuntos públicos. La democracia se fortalece
cuando los partidos y el poder ejecutivo, respetan la división de poderes públicos
y la libertad de expresarse en todas sus acepciones.
“Hoy prevalece el
escepticismo, la desconfianza en las instituciones, la idea de que cada quien
debe velar de manera exclusiva por sus propios intereses, aunque sea a costa de
los intereses de los demás” –al
decir de Luigi Ferrajoli.
Podemos
decir que, en las últimas tres décadas el neoliberalismo económico y político,
entiende la libertad en el ámbito de la defensa del Gran Capital y de la
propiedad, todo lo reducen a “un valor”, “es decir, un bien social que puede
ponerse en circulación y convertirse en dinero a cambio de todo tipo de
valores, sociales o individuales”. Y la libertad sustancial se reduce a las
creencias religiosas fundamentalistas, que usan como muro de contención para
rechazar los derechos de las mujeres, de las minorías étnicas, el antirracismo
y la xenofobia. También abogan por la uniformización y la homogenización de la
sociedad y de la persona individual. Es grave en un sistema democrático porque
estamos a un paso del nacional-populismo autoritario y del fascismo.
En
la tercera década del siglo XX, Jünger y Heidegger creen que los principios de
la revolución alemana, unifican lo mítico, lo histórico y lo político como
bandera nacional antijudía y anti-burguesa. En la actualidad el autoritarismo
agresivo nacional-populista arremete contra el migrante, el negro, el blanco
empobrecido, el extranjero, el mestizo, el indio, porque rompe la
homogenización y ruptura la economía, la estructura y la función del trabajo de
los nacionales.
Somos parte de la Sociedad del espectáculo y de la Cultura de lo efímero que están incrementando la desvalorización de
los valores, y se presentan en el ámbito público o en la esfera política como
un síntoma de la condición nihilista en que vivimos. El nihilismo no solo niega
los valores, sino que los trivializa en la práctica política y la vida en
común. Así que, la trivialización de la política se concatena con la
trivialización de los valores sociales que dan coherencia y fundamento al mundo
y la realidad que vivimos. Si las imágenes son más importantes y fuertes que
las palabras, que la educación y el conocimiento; entonces la práctica política
se trivializa y el tejido del cuerpo social, responde a los requerimientos de
la Cultura de lo efímero y a la
condición nihilista que vivimos en la actualidad.
Sabemos que el fascismo todo lo politiza y niega a
la persona individual y la libertad, en el Estado fascista, las instituciones,
el partido y la ideología. El populismo agresivo y excluyente en la actualidad,
no sólo aboga por la condición nihilista, sino que incrementa la polarización
porque los hechos y los valores se vacían de sus contenidos, en beneficio de
una selecta minoría. Si los valores se debilitan y no hay referentes colectivos
para el cuerpo social, la verdad y la realidad se remplazan por la demagogia,
la mentira, el odio y la exclusión. En un mundo como éste da igual todo y no es
que la gente no crea en nada, sino que cree en todo – al decir de Stevenson.
En la Cultura
de lo efímero, la vida, la mortalidad, la mundanidad, el lenguaje y el
pensar, pierden peso, el sentido que les corresponde. El hombre se aferra al
fanatismo religioso o, a la estridencia ideológica o, a la economía o, a los
nacionalismos-populistas autoritarios mítico-rituales, porque no tiene
respuesta a los interrogantes esenciales de la existencia. El hombre en la
actualidad abandonó el sentido de realidad en el juego de relaciones de poder
en la que se encuentra. Porque el ser humano se atiene en primer lugar y
solamente a lo que dicen y muestran las imágenes de los medios de información
de masas y las redes sociales.
De ahí que una de las tareas del pensar futuro es
rescatar al hombre concreto de carne y hueso del ostracismo y el desterramiento
al que lo ha inducido la política, la economía y la estadística. Es un
compromiso político, ético, moral y de cultura política de los dirigentes, de
la sociedad y de los intelectuales que trafican con las ideas, la reflexión y
la imaginación creadora de “forma”.
Preguntamos, ¿están en crisis los valores vigentes y
el sentido de convivencia ciudadana? ¿existe una relación entre la
trivialización de los valores y el poder personal? En el mundo actual la falta
de ilustración, de educación y de conocimientos, son las bases fundamentales de
los populistas y autoritarios, porque a la sociedad de masas y la cultura de
masas les falta capacidad de discernir, de reflexionar, para distinguir la
verdad de la mentira, la demagogia de la realidad.
De ahí que
crean en teorías conspirativas provenientes del exterior, porque no ven lo que
acontece a su alrededor y creen solo a los medios masivos de información y a
las redes sociales, ante lo que viven sus vidas reales y cotidianas. Por eso
las redes sociales y los medios son crueles, demasiado crueles con los pobres y
excluidos de la sociedad. Es decir, detrás de los instrumentos técnicos se
esconden relaciones de poder, de fuerza, de coacción, de dominio y exclusión.
Se
trata de dar una “nueva” lectura e interpretación de la historia de la cultura
y la civilización occidental, encontrar nuevas alternativas a lo tradicional,
lo cercano, mostrando su desarrollo desde y en el lenguaje y el pensamiento;
también desde nuevos umbrales de la práctica política. Tener presente en esta Sociedad del espectáculo de rescatar el
lenguaje y el pensamiento como medios que cumplen una función al servicio del
poder político, económico o cultural de una minoría. Así que, el propósito es
resarcirlos de su función política y económica en favor del capital financiero
internacional, del dinero bancario, de la iglesia, de la esfera militar, del
Estado y sus instituciones, etc. Que la educación y el conocimiento, estén al
servicio del ser humano y de sus necesidades materiales, morales y culturales.
Tener presente que en el
lenguaje se van haciendo las cosas; y su uso tergiversado lo reduce a huecas
palabras y meras habladurías, que hace que pierda su verdadera relación con el
mundo y el sentido de la existencia.
En
última instancia, la izquierda no puede ser indiferente al problema de la contaminación ambiental, la
tala de bosques tropicales, la contaminación de los ríos y la mar, la Antártida
y el Ártico, es decir, de lo que depende nuestra vida en Tierra. Estos bienes
internacionales no se pueden limitar a simples promesas de los poderes
mundiales, sino ponerles límites y garantizar los bienes fundamentales de la
humanidad y los bienes vitales de la naturaleza. Que el Derecho Internacional y
nacional regulen estos bienes planetarios, con el fin de que estén más allá del
comercio y el ejercicio del poder mundial, y de unos pocos países
desarrollados. Que no se puedan privatizar y estar a favor de los poderes
económicos y políticos mundiales. Que prevalezca desde el derecho el sentido de
humanidad y su permanencia vital sobre la tierra, sobre los intereses económicos
de las empresas transnacionales y los estados desarrollados.
Se
trata en la actualidad que,
el hombre tiene como tarea
hacer salir lo oculto de las cloacas del poder; y, en la medida del hacer,
revelar la verdad de lo que oculta el ejercicio del poder.
Madrid-España a 5/10/2023
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