jueves, 11 de noviembre de 2021

 

                                                 ¿QUÉ ES LA LIBERTAD?

                                                       Hannah Arendt

 

                       <<Los pensadores esenciales dicen las mismas cosas, lo cual no significa que digan cosas iguales>>.

                                                     Martín Heidegger

En este ensayo trato de hacer un montaje literario, como lo pensó Walter Benjamín.

 

Antonio Mercado Flórez. Filósofo y Ensayista.

 

Para Hannah Arendt las tendencias antipolíticas del alto cristianismo es de tal profundidad, que un pensador cristiano Agustín fue el primero en expresar las implicaciones políticas de la palabra libertad. Esto en la consciencia y el imaginario de los hombres resulta contradictorio y paradójico. Sabemos que Agustín era romano y cristiano, que expresa la experiencia política de la Antigua Roma, que la libertad como principio deviene en acto de fundación.

Desde el punto de vista histórico, es interesante anotar que la aparición del problema de la libertad en la filosofía de Agustín estuvo precedida por el intento consciente de separar la noción de libertad de la política, para llegar a una formulación a través de la cual se pudiera ser esclavo en el mundo y, no obstante, libre.

La impresión se modificaría si lo expresado por Jesús de Nazaret fuera tomado en sus implicaciones políticas. En el Nuevo Testamento existe una extraordinaria comprensión de la libertad y del poder inherente de la libertad humana. Pero la capacidad del ser humano que corresponde a esta palabra no deviene de la voluntad sino de la fe. Los Evangelios llaman <<milagros>> al poder de una palabra que tiene significados diferentes y es difícil de comprender.

La libertad hizo su aparición primera en nuestra tradición filosófica cuando la experiencia de la conversión religiosa –primero la de Pablo y después la de Agustín- le dio lugar.

Así que, el milagro protagonizado por hombres o por agentes divinos son interrupciones de una serie natural de eventos o de un proceso automático, que se constituye como algo inesperado. Sabemos que la vida humana en la Tierra está rodeada por procesos automáticos –naturales o cósmicos-; porque nosotros mismos somos conducidos por fuerzas similares en tanto parte de la naturaleza orgánica. Ora, nuestra vida política que hace parte de la esfera de la acción, se ubica en el seno de procesos que llamamos históricos y tiende a convertirse en procesos automáticos o naturales como los cósmicos. Esto significa que estamos inmersos en una cadena de procesos automáticos y que ningún acto en particular puede liberar o salvar al hombre, también a una nación o a la humanidad. 

Esto quiere decir que estamos determinados por procesos naturales, históricos o cósmicos y, que el libre albedrío o la libre voluntad, están condicionados por estos procesos. En la acción particular del hombre que es política, no se expresa la <<esencia en sí>> de la libertad sino una de sus <<figuras>>. Detrás de la acción se esconde la libertad como libertad política. En la voluntad de poder se esconde también el ser y la política como voluntad de justicia, de respeto a la dignidad humana, a la pluralidad y la búsqueda del bien común. Sólo el ser concede a los hombres alcanzar la libertad, lo justo, lo bueno y lo bello.

Por tanto, está en la naturaleza en sí de los procesos automáticos o los procesos históricos, a los que el hombre está condicionado o adherido, que pueda afirmarse en y a través de la acción. Una vez que los procesos producidos por el hombre se vuelven automáticos, se tornan fatales como los del proceso de la vida natural. Que conduce al organismo vivo, biológicamente hablando, del ser al no-ser; o, lo que es lo mismo, de la vida a la muerte.

La libertad impregna por la acción el comportamiento teórico y práctico. Es en sí una especie de luz que eleva la acción política a transformar los procesos automáticos e históricos. Así que, la libertad tiende a develar los fenómenos históricos en cuanto posibilita la acción política en la sociedad. Y, así, la acción es hacer. Un hacer circunscrito a la práctica política y a unas circunstancias históricas determinadas. La libertad es la llama de la vela que alumbra los logros o los fracasos, en la praxis política. Por eso, ella siempre es un comienzo en el devenir de las acciones humanas y, en particular, de la política.

En cuanto la libertad es llevada a galope sobre la práctica política es histórica. Así pues, queda preservada en la memoria y la rememoración. Pensando, la existencia del hombre o los hombres, no sólo habitan la casa del ser, el lenguaje, sino también la morada de la acción política. Medimos el hacer político, la acción en la esfera pública, por el rasero de los logros de su práctica, colmados de éxitos o fracasos. Pero, el quehacer de la política, su acción, es teórico y práctico, y se vale del lenguaje, del pensar y la libertad, para alcanzar lo que se propone. Bueno bien, ¿de dónde saca la libertad su fuerza y medida? ¿cuál es la ley de su hacer y decir? Por supuesto, de la esencia que la determina a sí misma y la impulsa a romper el cerco de los procesos automáticos y los procesos históricos.

 La acción es en cuanto destino de la libertad. Sin ésta la acción política se condiciona a los procesos históricos o al determinismo político. La libertad hay que blandirla como hace el guerrero con la espada; porque del manejo responsable de ella depende la justicia, la fraternidad, la convivencia pacífica, la educación, la cultura y la paz. El advenimiento de la libertad trae consigo el advenimiento de la acción política. Huir a refugiarse en lo siempre-igual lo exime de peligro. El peligro adviene cuando la libertad posibilita que la acción entre en discordia con lo establecido como verdadero. Que amenace al Estado y sus instituciones, que posibilite el pensar, el análisis, la crítica, de las relaciones de poder y saber. Así, la libertad contiene en sí el catálogo de las cosas posibles que siempre está ahí – para que una posibilidad salga escena es preciso que se la acepte –al decir Ernst Jünger.

Ya es hora de desacostumbrarse a sobreestimar la política, la economía, la imagen o los leguajes digitales y, por así decir, no pedirles más de lo que pueden dar. En la actual precariedad y mediocridad del mundo es necesaria más acción y más atención a los fines de la política y de los políticos. Por eso, la política se encuentra en vías de descenso hacia la pobreza de su esencia; porque priman los intereses del partido y del Gran Poder, sobre el bienestar y el progreso de la sociedad.

Arendt piensa que, en los procesos históricos los períodos de la libertad han sido relativamente cortos en la historia de la humanidad. Lo que permanece intacto en épocas de petrificación y ruina es la facultad de la libertad misma. La capacidad de comenzar, que anima e inspira todas las actividades humanas. Y, constituye, por así decir, la fuente oculta que de producción de las cosas grandes o bellas.

Por eso, la estética es la madre de la ética y de toda capacidad de juzgar. La libertad no es una virtud del hombre, sino un don supremo que el hombre entre todas las criaturas de la Tierra parece haber recibido. Pero es a través de la acción cuando devela la luz que se esconde detrás del forro de los fenómenos históricos. Si es verdad que la acción y el comenzar son esencialmente lo mismo, una capacidad para realizar milagros debe estar dentro del rango de las actividades humanas.

Dice Arendt, está en la naturaleza de todo nuevo comienzo el irrumpir en el mundo como una <<infinita improbabilidad>>, pero es esto lo que en realidad constituye el tejido de lo que llamamos real. Esta <<infinita improbabilidad>> es válida para un nuevo nacimiento o interrumpir la lógica y la coherencia de los procesos históricos. De ahí que los sistemas totalitarios, detesten la venida de una vida al mundo, por ser siempre un recomenzar. Un volver a empezar que esconde detrás de la voluntad y de la acción, la ruptura con lo establecido como dogma o verdad.

Después de todo –dice-, nuestra existencia descansa, por así decir, en una cadena de milagros, el llegar a existir la Tierra, el desarrollo de la vida orgánica en ella, la evolución de la humanidad a partir de las especies animales. La cadena de <<milagros>> es válida en los procesos del Universo o de la Naturaleza, esto es, que exista la tierra a partir de los procesos cósmicos, la formación de vida orgánica a partir de los procesos inorgánicos. La evolución del hombre a partir de los procesos de la vida inorgánica, representan <<infinitas improbabilidades>>, que se constituyen en <<milagros>> en el lenguaje cotidiano.

Así que, la experiencia que dice que los acontecimientos son milagros no es ni arbitraria ni sofisticada; sino de lo más natural, en la vida cotidiana es un lugar común. Sin esta experiencia corriente la parte asignada de la religión a los milagros sobrenaturales sería incomprensible. Teniendo presente la interrupción de los procesos naturales por el advenimiento de una <<infinita improbabilidad>> ilustra lo que llamamos real, en la experiencia ordinaria adquiriendo su existencia por coincidencias más extrañas que la ficción.

Seria superstición esperar milagros, <<infinitas improbabilidades>>, en el contexto de procesos automáticos sean históricos o políticos, aunque no estén excluidos. Además, la historia está llena de acontecimientos que el milagro, la <<infinita improbabilidad>>, ocurren frecuentemente. Ya que, por decir, los procesos históricos son creados e interrumpidos, por iniciativa humana por ser un ser que actúa. Y detrás de la acción se esconde la esencia de la libertad, que le posibilita actuar en múltiples esferas. La libertad como hecho demostrable y la política coinciden y se relacionan entre sí como las dos caras de una misma moneda.

De ahí que lo impredecible y lo imprevisible se esperan como milagros en las esferas de vida política. La diferencia decisiva entre las <<infinitas improbabilidades>>, sobre la cual descansa la realidad de nuestra vida terrenal, y el carácter milagroso inherente a esos eventos que establece la realidad histórica, consiste que, en el dominio de los asuntos humanos conocemos al autor de dichos <<milagro>>. Son los hombres quienes los protagonizan, quienes por haber recibido el doble don de la libertad y la acción pueden establecer una realidad propia.

Una realidad que responda a las apetencias morales, espirituales y materiales; pero también, en la vida pública, la política, que la libertad y la acción tiendan a lo justo, lo bueno y lo bello. Un Estado democrático Social de Derecho que proteja y facilite a la sociedad la acción política y la libertad, como piedras angulares de la colectividad democrática y libertaria. Porque el mundo común es el escenario de la acción y de la palabra; sin un ámbito políticamente garantizado la libertad carece de un espacio mundano en el que pueda hacer su aparición.

La libertad necesita de un mundo organizado políticamente en el que cada hombre libre pueda insertarse de palabra y obra. De lo contrario, será sólo una manifestación de la libertad interior o subjetiva de la persona humana; o tal vez, la libertad cercenada o secuestrada por el poder autoritario o totalitario. Porque existe una concatenación entre el mundo común que comparten todos los hombres, la palabra y la libertad. Esto en su esencia es política.

 

 

 

 

 

 

 

martes, 9 de noviembre de 2021

 

                                             ¿QUÉ ES LA ILUSTRACIÓN?

                                                      Immanuel Kant

 

Antonio Mercado Flórez. Filósofo y Ensayista.

 

La Ilustración en el siglo XVIII era el camino para alcanzar la libertad del hombre. Una libertad que se fundamentaba en el uso de la razón y no depender de la superstición, las tradiciones, la moral del hombre común y las verdades establecidas. Para Immanuel Kant la en su ensayo ¿Qué es la Ilustración? Publicado en 1784 que, en el marco teórico de la filosofía de la historia, repercutirá en filósofos como F. G. Hegel, entre otros. Establece una serie de ideas basadas en la razón y antepuestas al dogma religioso.

Expresa Kant: <<La ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en su falta de inteligencia, sino en falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de ella sin la tutela de otro>>. La Ilustración es la capacidad de pensar por uno mismo y asumir el derecho a equivocarse en el juicio. Kant opone a la palabra perniciosa y la mentira, la reflexión basada en la razón. Quién lo hace se rebela ante las verdades establecidas y la obediencia complaciente.

Kant se enfrenta en su texto sobre la Ilustración, a la pereza y la cobardía que son causa que la gran mayoría de los hombres continúe a gusto en su estado de orfandad mental y espiritual. Que no sea capaz de alcanzar la mayoría de edad en el manejo responsable de la libertad y de juzgar el mundo y la sociedad donde vive. Creía en el supuesto que todos somos iguales en la naturaleza humana y que la palabra del hombre es valiosa si se construye conforme en la búsqueda de la verdad.

Estas ideas de Kant fueron fundamentales para el derecho, la dignidad humana y la naturaleza del hombre. De ahí que critica que toda sociedad esté creada y funcione, para obedecer y no para la disidencia humana. Por eso, alcanzar la mayoría de edad debe desembocar en constituir el buen Estado, que, a pesar de su tendencia a la obediencia, ha de invitar a pensar y a dudar, ante lo establecido por el poder y, en particular, por la idolatría. Pero también piensa en los límites éticos de la libertad que favorezcan el bien común. Que una sociedad ilustrada –educada y culta- ha de promover la rectitud y el bien de la colectividad.

Kant en sus textos La crítica de la razón pura, La crítica del juicio, La fundamentación de la metafísica de las costumbres, etc., y el trabajo de Voltaire, de Leibniz, de Newton y de Thomas Paine, buscan conservar en movimiento el mundo y la sociedad. De ellos depende lo que la época moderna estableció como desarrollo y progreso, y, desde el umbral sociopolítico, las bases del Estado de derecho, la democracia, la separación de poderes y los derechos fundamentales de la persona humana.  Y ante todo y sobre todo, la defensa de la libertad.

En la actualidad los presupuestos de la Ilustración están seriamente cuestionados. Como la idea de Progreso, la técnica y la ciencia, que no están al servicio del hombre sino de una selecta minoría y del Gran Poder. Como expresó Walter Benjamín: en el siglo XIX y XX se pudo ver el progreso de las ciencias naturales, pero no el deterioro de las sociedades. En la actualidad con el deterioro del ecosistema, el cambio climático y el predominio de los lenguajes digitales y las imágenes en movimiento, es necesario repensar las ideas de ¿Qué es la Ilustración? de Kant y cuál es el significado del hombre libre y la búsqueda de su plenitud.

Que el pensar futuro, de los filósofos, los científicos, los humanistas y artistas, posibiliten un conjunto elástico de sistemas de pensamientos, que dona el asombro, la intuición, la experiencia, los movimientos del pensar y el lenguaje, como presentes divinos. Para alcanzar un mundo más humano y más ético para las sociedades del futuro.

                                       Madrid-España a 09/11/2021


Nota: éste texto hace parte de otro que elaboré y título: La importancia de la libertad.

sábado, 6 de noviembre de 2021

LA CONDICIÓN POSTHUMANA EN LA ACTUALIDAD

 

  

Antonio Mercado Flórez. Filósofo y Ensayista.

 

La actualidad puede definirse como un presente posthumano que rompe con los presupuestos de la Ilustración: el sujeto cartesiano del cogito, la Kantiana comunidad de los seres racionales y, en términos sociológicos, el sujeto ciudadano titular de derechos y propietario. (Rosi Braidotti). Por tanto, los paradigmas que servían como puntos de referencia para conceptualizar, ubicarnos y proyectarnos en el mundo como especie y como seres humanos, ya no responden a las apetencias humanas. Es decir, que la esfera política y la relación con los otros ha cambiado.

Lo posthumano lleva a la descentralización del Hombre, como medida de las cosas. Porque el desarrollo tecnológico y la globalización lo han desestructurado, y su lugar lo ocupa hoy, el robot, la biotecnología, las imágenes en movimiento, los órganos artificiales, los lenguajes digitales, etc. Eso, que denomina George Steiner, cultura del artificio. Esta visión posthumana repercute en la concepción de las ciencias sociales y las ciencias humanas, que tenían sobre el Hombre. Estamos inmersos al mismo tiempo en una situación de <<poscultura>>, al decir de Steiner.

Así, la teoría dual de naturaleza y cultura, se sustituye por la interacción entre naturaleza y cultura. Las categorías de lo natural y lo cultural han sido desplazadas por los efectos del desarrollo científico y tecnológico. Esto repercute en los paradigmas con que se percibe y se actúa, en las esferas políticas, económicas, sociales y culturales. Preguntamos, ¿cómo lo posthumano remplaza a lo humano? ¿cuáles son los diques de contención para resistir a lo inhumano de nuestra época? ¿de qué teoría crítica se vale el hombre para pensar, analizar y criticar el presente-actual?

Si la época actual exalta la opinión pública, el beneficio económico, la política, la banalidad del interés individual, la degradación del lenguaje y del pensamiento, sobre los valores morales, éticos y espirituales. Lo posthumano domina en las sociedades conectadas tecnológicamente.

En el siglo XIX F. Nietzsche declaró la muerte de Dios y la disolución de la idea del hombre que articulaba el entorno natural y humano. Ruptura la auto evidencia atribuida al ser humano, a la fe en la metafísica y la validez universal del sujeto humanístico europeo.  Lo que hace Nietzsche, Marx y Kierkegaard, es, desafiar las premisas básicas de la religión, del pensamiento político y de la metafísica tradicionales, invirtiendo conscientemente la jerarquía de los conceptos.  Sin embargo, ni esa secuela del siglo XX ni la rebelión decimonónica contra la tradición ocasionaron realmente la ruptura de nuestra historia. Tal ruptura nació de un caos de incertidumbres masivas en la escena política y de opiniones masivas en la esfera espiritual, que los movimientos totalitarios, merced al terror y a la ideología, hicieron cristalizar en una nueva forma de gobierno y dominación. (Arendt).

Arendt cree que la dominación totalitaria como un hecho establecido, rompió la continuidad de la historia de Occidente. La ruptura de nuestra tradición es un hecho consumado. Por tanto, el propio hecho marca la división entre la época moderna –que surge con las ciencias naturales del siglo XVII, llega a su clímax político en las revoluciones del XVIII y despliega sus repercusiones generales después de la Revolución Industrial del XIX –y el mundo del siglo XX, que llegó a la existencia a través de la cadena de catástrofes ocasionadas por la Primera Guerra Mundial. Considerar que los pensadores de la época moderna, en especial los que en el siglo XIX se rebelaron contra la tradición, fueron responsables de la estructura y las condiciones del siglo XX es injusto y, aún más, peligroso. (Arendt).

Lo importante de esos pensadores estriba en que percibieron su mundo como un ámbito invadido por nuevos problemas e incertidumbres que nuestra tradición de pensamiento era incapaz de enfrentar. Así que, Kierkegaard, Marx y Nietzsche son para nosotros como letreros indicadores de un pasado que perdió su autoridad. Ellos fueron los primeros que se atrevieron a pensar sin la guía de una autoridad; con todo, para bien o para mal, aún se encontraron insertos en las categorías de la gran tradición.

Así que, el salto de Nietzsche desde el reino trascendente no sensual de las ideas y dimensiones al reino sensual de la vida, su <<platonismo invertido>> o <<transvaloración de los valores>>, fue la última tentativa de apartarse de la tradición y su éxito se redujo a ponerla cabeza bajo. (Arendt).

Podemos decir que, el descubrimiento de la Antigüedad durante el Renacimiento fue el primer intento de romper los grillos de la tradición, yendo a las fuentes mismas para establecer un pasado sobre el cual la tradición no tuviera influencia. Martín Heidegger desgarra el hilo de la tradición para establecer un pasado desde el griego Antiguo el cual posibilite pensar el ser, la filosofía, el hombre, el lenguaje, la ciencia, la técnica, la metafísica y la cultura occidental en general. Podemos expresar que Marx, Nietzsche y Kierkegaard, establecen las bases de los límites del humanismo y las críticas antihumanas, que servirán como fundamento para el debate sobre la situación posthumana.

En la época actual el capitalismo global y las tecnologías biogenéticas generan una forma perversa de posthumano. Posibilitan la ruptura de la interacción del hombre y el animal, desde el instante que la vida animal o humana, se consideran existencias de la economía global. Que trae la conversión del hombre en número o en objeto; como la acumulación hipercapitalista de la riqueza; la conversión del ecosistema en el aparato global de producción o la trasformación de la naturaleza en reserva mundial de producción.

Así, pues, la situación posthumana representa la realidad de la cultura del artificio y las redes sociales, como expresión del contexto multimedia de entretenimiento. O, en otras palabras, la sustitución de la realidad por las imágenes que exaltan el sentido del artificio sobre el sentido de realidad. Como la descentralización del sujeto humanístico europeo y occidental disperso en los dispositivos técnicos (Plataformas Digitales, Twitter, Facebook, Medios de Comunicación de Masas, Redes Sociales, etc.).

De ahí que la situación posthumana se caracteriza por un alto porcentaje de momentos posthumanos: la proliferación de aparatos tecno militares y la pluralidad de conflictos periféricos a nivel global. Consecuencia que el mundo global está gestionado por el miedo, el dolor y el sufrimiento humano y animal. Donde predomina el control de la vida, de lo político, lo social y lo cultural, de la población mundial. Por eso, la biopolitica y la tanatopolítica se convierten en dos caras de la misma moneda.

Desde un punto de vista pedagógico e investigativo en el ámbito social, la crisis de la centralidad del sujeto repercute en lo posthumano y se relaciona a la crisis de las ciencias sociales y las ciencias humanas. De ahí que sea necesario la creación de un saber desde un punto de vista social en sintonía con los principios fundamentales de justicia social, respeto a la vida y a la dignidad humana, a la diversidad y el rechazo al falso universalismo. Que se concatenan a los presupuestos de la libertad académica e investigativa, al antirracismo y la xenofobia, en búsqueda de la apertura al otro y de la cooperación individual y colectiva.

La situación en que se encuentra el ser humano en la actualidad se trata que los ideales del pensar futuro, sean compatibles con los valores de una filosofía humanista. Que la crítica del pensar futuro posibilite la creatividad desde una pluralidad de puntos de vista, en el ámbito posthumano de la globalidad.  Que las nuevas generaciones de sujetos cognoscentes, luchen por establecer un pan humanismo que luche contra el provincianismo mental, el sectarismo ideológico, la corrupción, el miedo y el dolor.  Que la libertad sea el <<núcleo>> para pensar y criticar las relaciones de poder. Se necesitan nuevos umbrales sociales, políticos y éticos, para pensar los cambios que hay que afrontar en la actualidad. El pensar futuro debe buscar paradigmas de reflexión, de saber y acción, como alternativos a los que dominan en la actualidad.

                                              Madrid-España a 06/11/2021