viernes, 25 de diciembre de 2015

LILITH LA PRIMERA MUJER DE ADÁN.






Antonio Rafael Mercado Flórez.


En la historia de las religiones y los mitos existe una recurrencia a pensar o imaginar, que hubo en los tiempos inmemoriales rebeldías de algunos dioses a la estructura y el funcionamiento de la jerarquía divina. Eso se ha trasmitido en la tradición y los usos de los pueblos.  De ahí que, lo mundano sea un trasunto de lo divino. En la cultura Judaica algunas interpretaciones rabínicas aseguran que durante la Creación aparece insinuada una tercera presencia humana. Esa presencia en el Génesis se denomina Lilith, un nombre que hunde sus raíces en la tradición mesopotámica. El Judaísmo no la ha deificado, pero simboliza el concepto del Mal ligado al erotismo femenino.

Como expresa el Génesis: «Y de la costilla que Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces a Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada». Así pues, no en vano, una extendida interpretación rabínica considera que la referencia, en un versículo anterior, a que «Dios creó varón y hembra los creó», significa que hubo otra mujer antes de Eva.  Esa mujer abandona el Paraíso. Ahora bien, según la tradición judía, Lilith se convierte en la mujer que precede a Eva. Entonces según el mito Judaico  una vez lejos de Adán, se convirtió en un Demonio que rapta a los niños de sus cunas por la noche y, simboliza la encarnación de la belleza maligna y la madre del adulterio. Por tanto, aquí podemos darnos cuenta el Mundo Inferior es un trasunto del Mundo Superior.

Más allá de la tradición hebrea, el origen del mito de Lilith parece contar con raíces sumerias y acadias. Había en Mesopotamia según el arqueólogo británico Reginald Campbell Thompsonun grupo de demonios femeninos derivado de la criatura Lilitú (Lilu, Lilitú y Ardat Lili), con unas características que responden a la figura mitológica del relato del Génesis. Que era mitad humanas y mitad divinas, y usaban la seducción  y el erotismo como armas. De esa forma, la noche era su hábitat natural. Todos estos súcubos, en cualquier caso, tenían las cualidades de lo que luego se ha representado como los vampiros, aunque cubiertos de pelo. Que en el origen de las palabras  significa «viento» o «espíritu». Esta tradición mesopotámica pasa más tarde a la judaica a través de los semíticos residentes en Babilonia. Los judíos adaptaron así al hebreo el nombre de esta criatura maligna hasta vinculo a la palabra «laila» (que se traduce como noche).

Así pues, según la tradición oral Judaica, Lilitú perdió varias cualidades en su versión hebrea.  Como su carácter divino, pero adquirió una personalidad más compleja. Su presencia es frecuente en el folclore y los textos del Judaísmo, entre ellos el Génesis. Así, frente a las dudas que ha generado el fragmento del Génesis que dice: «y creó Dios al hombre (Adán) a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó». Así, han surgido interpretaciones de diferentes rabinos a lo largo de la historia que plantean que bien,  Adán fue creado inicialmente como un Andrógino –que poseía un cuerpo femenino y uno masculino unidos por la espalda–. Como diceen su obra el mitólogo inglés Robert Graves: hubo otra mujer antes que Eva, la rebelde y lujuriosa Lilith, que finalmente abandonó el Paraíso. Y ella dice: “Yo también fui hecha con polvo».

Así pues, el Yalqut Reubeni –una colección del siglo XVII de midrashim (interpretaciones de textos antiguos) por el rabino Rubén Hoschke Kohen–, «Dios formó a Lilith del mismo modo que había formado a Adán. Aunque utilizó inmundicia y sedimento en lugar de polvo puro». La inmundicia habría convertido a esta criatura en un demonio del que, a su vez, nacieron otras criaturas malignas que «todavía atormentan a la humanidad». Estos demonios hembras se dedicaban a atacar a las madres durante los partos con el fin de robar al recién nacido para luego matarlo, como retrata un sello cilíndrico expuesto en el Museo de Oxford.

En este sentido, existe otra interpretación que presenta a Lilith como una criatura igual a Adán, hecha de polvo puro, que se rebela contra los designios divinos y muestra un marcado carácter. En el Alfabeto de Ben Sira (escrito entre el siglo VIII y el XI), se narra cómo Lilith se resistió a yacer por debajo de Adán: «¿Por qué he de yacer debajo de ti? Yo también fui hecha con polvo y por tanto, soy tu igual», afirmó Lilith. Por eso, al ser forzada por Adán a obedecerle, pronunció el nombre de Dios en vano y decidió abandonar el Edén con dirección al Mar Rojo.

Esta versión de Lilith se ha emplazado como una representación de las mujeres cananeas y su visión de las relaciones sexuales en un periodo, hacia el 586 a.C, en el que se fusionaron parcialmente los panteones de los canaanitas con los hebreos. De esta manera, la demonización de Lilith es una crítica a las prácticas de las mujeres cananeas dadas a mantener relaciones sexuales pre-matrimoniales  y una sexualidad más abierta que la mostrada por las hebreas. Lilith es el demonio rebelde, el mal ejemplo que precedió a Eva, más obediente a lo que Adán esperaba de su mujer. No en vano, algunas de las cualidades de esta versión de Lilith parecen haberse inspirado en el principal culto femenino de los canaanitas –el pueblo que según el Antiguo Testamento conquistaron los judíos tras el éxodo por el desierto–, Asheráh, diosa de los partos y la fertilidad.

Tras abandonar el Paraíso, Lilith se asentó en la costa del Mar Rojo. Esta región se caracterizaba según esta tradición mitológica, por la presencia de innumerables demonios, con los cuales engendró nuevas criaturas, «a razón de más de cien por día». Ante este hecho, Dios envió a un grupo de ángeles para exigirla que volviera con Adán: «Regresa con Adán de inmediato o te ahogaremos». Ella respondió que ya no podía regresar porque «Dios me ha ordenado que me haga cargo de todos los recién nacidos, de los niños hasta el octavo día de vida (el de la circuncisión) y de las niñas hasta el vigésimo día». Finalmente, Dios permitió vivir a Lilith, pero la castigó haciendo que cientos de sus hijos demoniacos perecieran cada día. Desde entonces, la hermosa criatura se propuso matar a todos los hijos de Adán y a todas las madres durante el nacimiento y los días siguientes al parto.

La leyenda Lilith es posiblemente el origen del popular mito griego de la reina Lamia, que, tras matar a sus propios hijos por culpa de un engaño de Hera, sintió envidia de las otras madres y se dedicó a devorar a sus hijos. Transformada en una bestia, tenía el cuerpo de una serpiente y los pechos y la cabeza de una mujer. Este relato dio lugar a que, en la Antigüedad, las madres griegas y romanas acostumbraran a amenazar a sus hijos traviesos con este personaje. La creencia grecorromana a su vez se transmitió a leyendas medievales, repartidas por toda la geografía europea, donde estos seres son representados con rostro de mujer y el cuerpo de dragón. También se alimentaban de niños.


Así entonces la presencia del nombre de Lilith en la Biblia se limita a una única mención. Aparece en Isaías 34:14: «Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilith y en él encontrará descanso», lo cual fue traducido en la Vulgata como Lamiasu versión medieval. No obstante, resulta imposible saber con certeza si para el autor del texto era un nombre propio –la célebre criatura del folklore judío– o simplemente se trata de una bestia salvaje o de una rapaz nocturna.

lunes, 7 de diciembre de 2015

EL HOMBRE SABIO.

                                             


                                                           

Antonio Rafael Mercado Flórez.



Somos parte de una época donde la información utilitaria está reemplazando a los procesos mentales que desembocan en el pensamiento y la Sabiduría. Las <<relaciones artificiales>> se sitúan en el palpito de la cultura actual. La lengua y el pensamiento se deterioran para darle paso a la brutalidad y a la mecanización de la existencia. Así, podemos darnos cuenta que existe un deterioro intelectivo de la humanidad, que se relaciona con la degradación de la intelectualidad. Como dice Javier Marías: <<La gente tiende a ser más simple, más torpe, ya que existe una complacencia en la ignorancia>>. Esto se concatena con el auge del <<fanatismo, de la superstición, de la eliminación de los matices y sobre todo de la complejidad>>. Por eso en todos los ámbitos de la existencia está creciendo <<la vehemencia, la intolerancia, la irracionalidad más extrema>>. Nos despojamos de las herramientas intelectivas e intelectuales, para darle prioridad a la información, a la imagen <<pictórica>> en movimiento, a la técnica y a la velocidad. Somos pobres en experiencias comunicables, en los contenidos espirituales del lenguaje, en los movimientos del pensamiento y la apreciación estética de la realidad. Entonces los fundamentos de la existencia se deterioran en nombre del dinero, del consumo, del confort, de la banalidad, la trivialidad, el poder, la técnica y los lenguajes digitales.

En el mundo actual ninguna sociedad quiere que seas Sabio. Porque la Sabiduría va en contra de los fundamentos y los intereses del poder. Si una persona es Sabia no puede ser manipulada, explotada, forzada a vivir mecánicamente, como robot. El ser humano que porta en sí la cualidad de la Sabiduría, busca su individualidad. Se hace preguntas sobre el mundo que lo rodea, la sociedad de la que hace parte y el lugar que ocupa en ella. El Sabio se da cuenta que la objetizacion y la numerificación del ser humano responde a las tácticas y estrategias de los que ejercen el poder. Pero también cómo la Sabiduría se concatena a la libertad; a la búsqueda incansable de la libertad. Y quién es libre llevará consigo la fragancia de la rebeldía y la desobediencia, a toda forma de fascismo, de autoritarismo, de dogmatismo, de xenofobia, y creará un armazón filosófico e histórico, para confrontar a aquellos que niegan la vida y el derecho a pensar.

Los hombres libres saben que han de romper con lo funcional, con el Sistema, con el proceso económico y las relaciones de producción, que niegan el derecho a vivir y a ser persona. Ellos saben que lo rompen con su bondad, o con su amor, o con su libertad, o con su fraternidad, o con su coraje para asumir una responsabilidad por encima de las funciones y la objetización. Porque lo que desean los poderes actuales es adormecer la capacidad de asombro, la imaginación y la sensibilidad del ser humano. Vivimos gracias a ese elevarnos por encima de nuestras miserias, nuestras limitaciones, nuestras desgracias, nuestras virtudes. La libertad es el tema de la historia en cuanto tal, como dijo Ernst Jünger: <<La libertad es la impronta que el hombre libre da al destino>>. La libertad es lo que deslinda al ser humano frente a los reinos de los demonios y de la oscuridad de la sinrazón. <<Por supuesto, la libertad viene dada a la vez que lo necesario, y la nueva estructura del mundo no hará acto de presencia hasta que la libertad no entre en relación con lo necesario. Vistas las cosas así históricamente, todo cambio acaecido en lo necesario comporta también una modificación de la libertad>>.

En la actualidad resulta sumamente difícil sostener la libertad. <<La oposición exige grandes sacrificios; eso explica el ingente número de seres humanos que prefieren la coacción>>. Porque es más fácil para los hombres y mujeres, delegar el manejo de la libertad, a la Iglesia, al Partido Político, al Sindicato, la Religión, la Ideología, el Estado, las Instituciones Sociales, que asumir responsablemente el manejo de ésta. Así que, los hombres Sabios amarán la libertad aun  arriesgando su propia vida. La libertad viene con Sabiduría; ninguna sociedad quiere que seas libre. Porque desde el instante que empiezas a utilizar tú inteligencia y tú libertad, te vuelves peligroso para el Sistema y la sociedad. Sí utilizas responsablemente tú libertad, eres peligroso para los eruditos, los tecnócratas, los políticos, los burócratas, los banqueros, las multinacionales y las finanzas internacionales. Así, los que ejercen el poder dicen que eres un loco, un desadaptado social, un demagogo, un inútil, una escoria, y en su nombre te dilapidan.

De hecho un hombre Sabio es un poeta, un soñador, un filósofo, un teólogo, preñado de sensatez un fuego viviente en el corazón frío de las sociedades. Es la llama de la vela que permite que veamos en medio de la oscuridad del día. Él no puede vender su vida al mejor postor, como lo hacen los ejércitos de delincuentes y asesinos. Él no puede ser un sirviente de los poderes actuales, porque atenta contra los valores éticos que lo constituyen. Él prefiere morir antes de convertirse en esclavo. Él sabe dónde encontrar los veneros espirituales que dan vida, vida en abundancia. Él es consciente de las épocas de tránsito, y ante todo, de tránsito a la conciencia y a la luz del Espíritu. Él porta en sí la belleza y el amor, como dijo Simone Weil: <<Porque en un ser humano es equivalente al orden del mundo>>.

El Sabio sabe mirar detrás del forro de los fenómenos, mirar cara a cara el horror y la barbarie del mundo actual. Él toma sus criterios no de lo pasajero del tiempo, de las máscaras con que cubren las cosas y las acciones humanas. Sino de su <<esencia inmóvil y sobre temporal>>, del <<Mundo Superior>>, el cual se pone de manifiesto y se modifica en la historia. El Sabio sabe cómo hacer frente al automatismo, a la velocidad del que maneja el tiempo y la vida de los hombres. Sabe cómo hacer frente a la violencia y a las desgracias humanas. Porque ellas casi siempre responden a la crueldad de los poderosos. El Sabio porta en sí <<la antigua libertad vestida con el traje propio de la época: es la liberad sustancial, la libertad elemental, la que se despierta en los pueblos cuando el país es oprimido por la tiranía de los partidos>>, de los banqueros y las multinacionales. <<No es una libertad que se limita simplemente a protestar o a emigrar; es una libertad que está dispuesta a luchar>>.

Sabemos que en esta alta civilización técnica y de masas, la vida espiritual cobra mayor fuerza. Si la miramos con el vestido técnico, del movimiento y las transformaciones históricas, <<dispone de formas que son más eficaces que la propia disciplina militar, más eficaces que el entrenamiento en los deportes o que el ritmo del mundo del trabajo>>. El Sabio sabe que ese <<grupo de hombres donde se concentra y se gasta la energía>>, su propósito es poner trabas al flujo metafísico, trascendente y espiritual del ser humano. Ese <<grupo de hombres>> tratarán de convencer a la sociedad que está ante un peligro inminente y por tanto son necesarios los ejércitos, la policía y los grupos de seguridad del Estado. De convencer al hombre común y corriente, Tú y Yo, que necesitamos ser vigilados y disciplinados. Y, en cuanto esto acontezca, los hombres y mujeres son empujados a su oscura soledad. Por eso tratan de romper todo lazo de amistad, de fraternidad, de solidaridad, que despierte en los seres humanos el sentido de Humanidad.


Ser Sabio es darse cuenta que la soledad es <<uno de los signos de nuestro tiempo>>. Por eso nos cercan, nos circundan con la urdimbre de los lenguajes digitales y las imágenes en movimiento, que reflejan un mundo atroz donde no merece la pena vivir. Estamos cercados por el miedo, el dolor y el sufrimiento, que desgarran nuestras entrañas como hace el águila con Prometeo, por haberle regalado a los hombres el misterio del fuego, del conocimiento y del saber. Como dice Ernst Jünger: <<El miedo toma formas reales – en las cárceles, en la esclavitud, en la batalla de cerco>>, Y ahora, en las calles de las grandes ciudades, los barrios periféricos, las religiones radicales, los ejércitos y la policía. 

En un mundo como el nuestro lleno de maldad, de demonismo y de sinrazón, es necesario que el hombre Sabio, el que contiene tesoros que los poderes actuales han sido incapaces de agotar. Su tarea es como la del Teólogo, hacer vislumbrar al hombre, <<cuáles son las cosas de que está despojado, aun en la mejor de sus situaciones, y cuáles son las fuerzas poderosas que en él se hallan latentes>>. Cuan necesarios son los Sabios y los teólogos en la actualidad. Porque nos quieren despojar de la capacidad de soñar, de imaginar y allende del Tiempo, donde se esconde <<la ciencia de la abundancia, el enigma de las fuentes eternas, las cuales son inagotables y están siempre cerca>>. 

sábado, 5 de diciembre de 2015

MECANISMOS DE PODER SOBRE EL CUERPO.

                                               

                                                          Con cariño a mis hijos: Ernesto y Adía.
                                                                       
                                                                Universidad de Texas - Austin.



Antonio Rafael Mercado Flórez.



En la historia de la humanidad, el cuerpo, por los mecanismos de poder ha sido supliciado, vejado, torturado, castigado, desgarrado, disciplinado y en el arte de la distribución, alcanzar cuerpos dóciles. Por eso todos los mecanismos de placer, de deseo, de represión, de vigilancia, de control, <<hay que comprenderlos –dice Michel Foucault--, a partir de la instauración un poder que se ejerce sobre el cuerpo mismo>>.1 Para Foucault se trata de <<desplazar los acentos y hacer aparecer mecanismos positivos allí donde, generalmente, se privilegian los mecanismos negativos>>.2 Desplazar el cuerpo como objeto de represión, intimidación, miedo, angustia, a mecanismos de rebote que desvelan su otra cara. Como <<una economía positiva del cuerpo y del placer>>. El análisis foucaultiano nos sitúa en el umbral de buscar otros objetos de indagación. <<Intentar mostrar cómo  las relaciones de poder>> que son relaciones de fuerza, <<penetran materialmente en el espesor mismo de los cuerpos sin tener incluso que ser sustituidos por la representación misma de los sujetos>>.3 El poder que se ejerce sobre el cuerpo no necesita representación. Porque es un poder complejo y multiforme. Que va del proceso económico y las relaciones de producción, al campo político y sexual.

La <<economía del cuerpo>> o las <<políticas sobre el cuerpo>>, no hay que verlas solamente desde el Estado y las instituciones. Del Estado como fuente de todos los dispositivos de poder, porque es una fuente históricamente agotada. Sino desde las tácticas y estrategias que se construyen y funcionan <<a partir de poderes, de multitud de cuestiones y efectos de poder>>.4 Así, el Estado como fuente jurídico-filosófico de represión y control, no puede negar que <<entre cada punto del cuerpo social>> […] <<pasan relaciones de poder>> […] <<que son el suelo movedizo y concreto sobre el que ese poder se incardina>> y donde se ponen en práctica las <<condiciones de su funcionamiento>>.5 El saber filosófico-jurídico del Estado, su voluntad de poder, no puede negar que <<el poder se constituye y funciona a partir de poderes, de multitud de cuestiones y de efectos de poder […] Esto no quiere decir que el poder es independiente, y que se podía descifrar sin tener en cuenta el proceso económico y las relaciones de producción>>.6 Así que, toda táctica y estrategia de poder responde a unas condiciones materiales y subjetivas concretas. Esto quiere decir, algo así como que, <<todos los dispositivos de poder>> no tienen como fuente al Estado y sus instituciones jurídico-políticas.

Para que el Estado funcione –nos recuerda Foucault--, es necesario que se establezcan relaciones concretas y determinadas entre los seres humanos, <<relaciones de dominación bien específicas>> que no necesariamente tengan como fuente al Estado. Sino que tienen <<su configuración propia y su relativa autonomía>>.7 Es necesario desconfiar de las categorías jurídico-políticas de la representación, ya que obstaculizan el <<análisis sobre el poder>>. Desconfiar de la representación de las <<voluntades individuales>> en la <<voluntad general>>. Porque en nombre de la voluntad general en el siglo XX, se instauraron regímenes totalitarios que implementaron el horror, el miedo, el sufrimiento, el dolor, la tortura, la barbarie y la muerte.

Se trata de analizar la concepción político-jurídica del Estado, para que no agote la multiplicidad de mecanismos y dispositivos que sirven de apoyo, complemento y bloque a las <<políticas sobre el cuerpo>>. Se trata de encontrar en la raíz de la <<economía del cuerpo>>, no sólo la represión y la objetizacion de éste. Sino también una <<economía positiva>> que situé el cuerpo sobre coordenadas y estrategias diferentes a las del Estado. Elaborar una nueva concepción del poder, que responda a estrategias y tácticas diferentes sobre las <<políticas sobre el cuerpo>>. Tener presente que el cuerpo es el espacio donde el hombre participa del dolor, el sufrimiento, el placer y el deseo. Que el cuerpo se encuentra inmerso en un tejido de relaciones de fuerza, que reenvían a un campo de posibilidades, que son inmanentes a una realidad política e histórica. Y que en esta urdimbre no sea ajeno a la moda, al sexo, al deseo, a la moral y a la ética de una época.

Para la concepción psicológica e histórica de Eduard Fuchs, la moda hay que situarla sobre un tridente: el histórico, el social y el erótico. <<La moda, dice en La historia de las costumbres, indica <<cómo se piensa llevar adelante el negocio de la moralidad pública>>.8 <<Su papel como instrumento de dominio –dice Benjamín--  no se le escapa. De igual modo que expresa las diferencias más sutiles entre los estamentos, vigila sobre todo las toscas que hay entre las clases>>.9 En el tercer volumen de su historia de las costumbres particularmente –dice Benjamín- cuya argumentación está resumida en el volumen complementario que dispone de elementos decisivos. El primero está constituido por los <<interese de la división de clases>>; el segundo representa <<el modo de producción capitalista-privado>> que procura aumentar sus posibilidades de venta cambiando mucho la moda; y no olvidemos en tercer lugar <<las finalidades eróticamente estimulantes>> de ésta>>.10

Por tanto, el cuerpo ocupa un campo que lo objetiza, donde el lenguaje del poder lo nombra, lo toca, lo designa y lo juzga, en la medida que ejerce el poder. Por eso la moda, el sufrimiento, el dolor, el amor, el sexo, hacen parte de ese juego de fuerzas que luchan entre sí buscando la saciabilidad de su deseo. El cuerpo, la vida toda, tiene su lado oscuro, pero también sus auroras otoñales. Ante el dolor y el sufrimiento, el ser humano a de <<oponer con entusiasmo la doctrina del origen erótico de los impulsos creadores>> y exaltar el <<culto creativo>>, a todo lo que afirme el espíritu y la vida. Como dice Benjamín de Fuchs, que <<su impulso creador se acerca más a la intensión sensual consciente que al inconsciente generador de imágenes>>. Porque opera en el individuo consciente de sí mismo y no en el interés de clase, como inconsciente colectivo. Se trata de mostrar que <<el mundo erótico de imágenes en cuanto mundo simbólico>>, es la raíz del arte, la literatura, la música y de un modo de vida. <<Para Fuchs el arte es sensualidad inmediata, así como la ideología es un producto inmediato de los intereses. <<La esencia del arte es: la sensualidad. Arte es sensualidad. Y además, sensualidad en la forma más potenciada. Arte es una sensualidad hecha forma, sensualidad que se hace visible, y a la vez es la forma suprema y más noble de sensualidad>>.11

<<Lo que el arte tiene son horizontes, no un horizonte. En eso se asemeja al Universo, es universal […] La persona singular podrá olvidarse de que alguna vez le produjo entusiasmo un gran poema, o la Mona Lisa. Pero esas cosas provocaron un cambio en ella, aún cuando las fuerzas del espíritu decaigan o aunque fuese la madre quien, con la corriente de la sangre, trasmitiese aquello al no nacido>>.12 Por eso hay que contraponer el arte a la fuerza y al poder. Porque a las potencias del mal se las puede vencer y destruir, pero no se las puede convertir. Eso mismo sucede con los grandes dogmas, allí donde hubo un desolladero o un lugar de tormento, miedo y dolor, permanece una atmósfera de desasosiego y maldad. Somos prisioneros de males y angustias ancestrales, que como fetiches atormentan nuestra forma de vivir.  Con el triunfo de la crueldad y de la sinrazón en el siglo XX, se pudo constatar que <<el único reinado sin fisuras es el de la maldad>>. En un mundo como éste donde está prohibido soñar y tener esperanza, como dijo Albert Camus, nos engañaron, la verdad es cuadrada, pesada, densa, no soporta los matices, el bien es una ensoñación, un proyecto aplazado y perseguido sin cesar con un esfuerzo extenuante, un límite nunca alcanzado, su reino es imposible. Sólo el mal puede alcanzar sus confines y reinar con poder absoluto, a él hay que servir para instaurar su invisible reino, después ya veremos, qué significa después, sólo el mal está presente, abajo Europa, la razón, el honor y la cruz>>.13

El dogma ancestral y los poderes actuales, nos cortan la lengua, nos sacan las tripas, nos pegan un tiro, nos bombardean y nos gasean, para que el vaciamiento de las palabras y de las imágenes, sigan engañando el mundo. Estos hombres y mujeres del odio, del dolor, del sufrimiento y la muerte, no tienen  reparos con nadie como el azar y el destino. Además, el destino es pesado y lo tenemos que soportar como una cruz. Porque <<en la carrera que todos los días nos precipita un poco más hacia la muerte, el cuerpo conserva una delantera irreparable>>.14 Quizás la esperanza tampoco esté al alcance del hombre, de la redención <<de otra vida que es preciso <<merecer>> o, trampa para quienes no viven para la vida en sí, sino para alguna gran idea que la supera, la sublima, le da un sentido y la traiciona>>.15

Así pues, en nuestro mundo actual lo absurdo se ha situado en el palpito de la existencia, y arrastra a los hombres y mujeres <<a esos lugares desiertos y sin agua donde el pensamiento>> es incapaz de redimir la existencia. <<Lo absurdo impone la muerte ­–dice Camus--, es preciso dar a ese problema prioridad sobre los otros, al margen de todos los métodos de pensamiento y de los juegos del espíritu desinteresado>>.16 Así podemos soñar cada cierto tiempo que lo justo y la bondad se ponen del lado del hombre. Pero en lo hondo de nuestros corazones algo nos dice que, <<no hay justos sino hombres malvados que hacen reinar la implacable verdad>>. Que el mundo y la vida es un camino de espinas que todos debemos transitar, apurar hasta el final. Quizás no nos quede otra opción que contemplar el desierto del espíritu y la mente cubriendo todo nuestro ser del negro absoluto. Pero tampoco podemos olvidar que existen personas que son capaces de ver las perdidas, y aún más, de ver en medio de la desesperanza y el dolor. Quizás hemos llegado a un punto en que no tenemos tiempo para mirar hacia las alturas e invocar a los dioses y a las musas. Como dijo Hölderlin:<< ¿Para qué poetas en tiempos de indigencia?>>.

En la <economía temporal del cuerpo>> y del <<cuerpo de la vida>>, el lenguaje inscribe con hierro candente en el corazón de los hombres en fuga, la injuria, el reino del odio y del dolor. Porque no hay perdón sobre el mundo de los condenados, los juzgados por el impío y el atavismo ancestral. El que se levanta de sus Antiguos sarcófagos, de hipogeos que siempre han estado ahí. Esos dioses paganos siempre cobran el ritual debido a su nombre. Porque en este mundo malvado gobierna para siempre, el que prende <<fuego sobre la impotencia y la caridad>>, un fuego que como un cinturón eléctrico rodea los contornos del mundo. Y allende del horizonte y del <<Muro del tiempo>>, titilan las estrellas y los astros donde se esconden los dioses. Ya es tiempo que salgan de sus escondites y hagan frente a los Titanes y al mundo del titanismo. <<San Pablo y, ya antes de él Platón, en la parábola de la caverna, se limitan a la visión. Encerrado en su cuerpo como una caverna, el ser humano percibe únicamente la sombra de lo perfecto, que caen desde fuera como a través de una reja>>.17 Se augura para el siglo XXI, <<que habrá en él una espiritualización formidable>>. Ahora vemos que el sentir humano se acerca cada vez más a la trascendencia. Como dijo Jünger:<<Como no podía ser menos […] la atmósfera que reina en el mundo es contradictoria e inextricable – en unos sitios es prometeica, con grandes fuegos y manos tendidas hacia las estrellas, en otros es apocalíptica, con sentimientos de culpa que remuerden la consciencia>>.18

El cuerpo y la figura que se eleva sobre él, están siendo atacados, atravesados y trascendidos por poderes fríos e inhumanos, poderes demoníacos que se han aliado criminalmente con la técnica y las armas. Poderes que traspasan el cuerpo con <<ondas que llegan hasta los átomos, incluidos los del cerebro>>.19 Esto confirma la sentencia de Jünger: <<Desde los inicios se tuvo conocimiento de que no podemos saber ni de dónde venimos y a donde vamos y se sospechó que nuestro estar aquí en la Tierra, nuestra presencia en ella, es tan sólo una breve interrupción del camino>>.20 Quizás el odio y la muerte levanten <<el vuelo en el cielo inalterable>> y venzan con sus garras y afilados dientes, al verbo y al amor. Entonces esos poderes demoníacos subirán los desiertos, las montañas y los ríos, golpeando en el vientre de la Tierra y danzando sus bailes macabros y contorneándose sobre el estiércol del mundo, siembran la Tierra de las potencias de la sangre, del dolor y la muerte. Y, cual Cóndor de pico de estrella y alas de fuego, se pavonean en los remolinos de fuego, los cuerpos calcinados y henchidos por el Infierno abrazador. Y aunque nadie hable, nadie, y el cielo no se abra, ni escuchemos la voz de Dios, siempre hay alguien que luchará contra la lengua que dice:<<Si tú consientes en morir por el poder y el odio, ¿quién nos perdonará?>>.21


Nota: Este es el capitulo 12 del texto <<Sobre el dolor, el miedo y el sufrimiento en el mundo actual>>, que se publicará el año próximo



                                                                         Bibliografía



1. Foucault, Michel. Microfísica del Poder. Las Ediciones de La Piqueta, Madrid 1979. pág. 156.
2. Ib. pág. 155.
3. Ib. pág. 156.
4. Ib. pág. 158.
5. Ib. pág. 157.
6. Ib. pág. 157..
7. Ib. pág. 157.
8. Benjamín, Walter. Imaginación y sociedad. Iluminaciones 1. Discursos Interrumpidos I. Historia y Coleccionismo: Eduard Fuchs. Taurus Ediciones, S. A. Madrid 1982. pág. 126.
9. Ib. pág. 126.
10. Ib. pág. 126.
11. Ib. pág. 127.
12. Jünger, Ernst. La Tijera. Tusquets Editores, S.A. Barcelona 1997. pág. 18.
13. Camus, Albert. El exilio y el reino. Alianza Editores, Madrid 2001. pág. 46.
14. Camus, Albert. El mito de Sísifo. Alianza Editorial, Madrid 2001. pág. 18.
15. Ib. pág. 19.
16. Ib. pág. 19.
17. Jünger, Ernst. Ib. pág. 145.
18. Ib. pág. 75.
19. Ib. pág. 164.
20. Ib. pág. 165.
21. Camus, Albert. El exilio y el reino. pág. 51.