sábado, 28 de septiembre de 2024

                                                   MARTÍN HEIDEGGER                       

           UMBRALES SOBRE LA TÉCNICA EN LA ACTUALIDAD

                                                                          Madrid-España a 28/09/2024

 

Antonio Mercado Flórez. Filósofo y Pensador.

 

Somos parte de una época donde la técnica determina el orden del día del ser humano. La técnica es una actividad del ser humano, una herramienta que desde los orígenes de la humanidad la emplea para satisfacer sus necesidades, su adaptación a la naturaleza y al entorno que lo rodea. No se puede pensar al hombre sin técnica, porque no sólo transforma el entorno en que vive; sino un instrumento que le posibilita su supervivencia sobre la Tierra. Según Martín Heidegger no se trata que la técnica domine al hombre o el hombre a la técnica. Sino que se establezca una relación libre entre ambos. La pregunta por la técnica nos relaciona con el problema de la libertad. Porque está ligada a la pregunta de cómo seguiremos siendo humanos en la era digital. Y, cómo develamos que detrás de la esencia de la técnica se oculta la voluntad de poder y de dominio. No sólo se expresa en las armas bélicas, sino también en las Plataformas Digitales: Internet, WhatsApp, Instagram, Facebook, etc.

Ahora, si la tecnología se entiende como la unidad entre técnica y ciencia, es, expresión de la Época Moderna. Ésta posibilita que el ser humano no sólo se apropie de los recursos de la naturaleza, también es un medio para dominar a otros seres humanos. Por eso en la modernidad la tecnología no es indiferente a las apetencias humanas, tampoco es algo neutral. Es un hacer del hombre que no alcanza la esencia que la constituye y, por ende, no es verdadera. La técnica impone y determina el destino del hombre sobre la Tierra. Hoy en día ya no existen objetos, sino cosas para consumir (casas, coches, edificios), que se pueden reemplazar según la utilidad y el fin que se proponga el ser humano.

De ahí que la esencia de la técnica es, una manifestación del Ser y se constituye en peligro para el hombre. Porque determina su destino y este puede ser cambiado porque el Ser se da en el hombre. En el fondo, la técnica desea dominar al hombre y, por tanto, no es inofensiva. Ésta no es neutral, sino que responde a las apetencias del Gran Poder: Corporaciones, Capital Financiero, Estados, Política, Grupos de Presión, IA (Inteligencia Artificial), Industria militar, las redes de información que configuran los lenguajes digitales. Así, poseen su lógica y función propia en defensa de sus intereses materiales, culturales o subjetivos. Funcionan de acuerdo a la economía del poder y del saber, las prácticas sociales y la cultura que difunden en las redes sociales, las imágenes en movimiento y la Civilización del artificio que establecen en las sociedades de masas.

Preguntamos, ¿cuál es el papel del hombre respecto a la esencia de la técnica? El hombre es quien custodia la esencia de la verdad: el develamiento. Esta dimensión humana respecto a la técnica es ocultada por la esencia de la técnica, porque se presenta como el único modo de develamiento y se constituye en un peligro para el hombre. Desde la antigüedad griega sabemos que la técnica no es un peligro para el hombre, sino los modos y las maneras como se utiliza. El hombre no puede ser trascendido por la técnica, ni por las exigencias que impone a la vida. Porque la relación del hombre con las cosas ha de ir más allá de su aspecto técnico; o, en otras palabras, de la utilización instrumental de la técnica. Así que, la relación del hombre con el mundo y la realidad, se altera con el uso de la técnica. Porque la técnica moderna violenta a la naturaleza y a la existencia humana.

Por eso el Dasein es el ente en el cual se da la pregunta por el Ser. Es decir, somos los únicos seres capaces de reflexionar sobre nuestra propia existencia y buscar un significado en ella. Y esto posibilita la apertura al misterio: “La serenidad nos permite ver que el sentido del mundo técnico se oculta”. Porque el descubrimiento está en el Ser, o, lo que es lo mismo, en el interior del ser humano. Por eso hay que trabajar primero en el interior del hombre. Llevar a cabo la “ordenación de las cosas visibles de acuerdo con su rango invisible. Toda obra y toda sociedad deberían estar estructuradas según ese principio”. Pero el mundo de la técnica intensifica su poder en el de los sentidos y hace del hombre un ser limitado y determinado por las máquinas y los instrumentos técnicos. En el espacio que predominan los instrumentos técnicos, el ser humano pierde autonomía y libertad.

Asíque, lo “técnico” tiene que ver en poner en práctica cierto tipo de procedimientos (“técnicos”), previamente aprendidos, mediante los cuales se pretende obtener un resultado determinado, previsto de antemano a título de objetivo. “Técnicos”, asimismo, los instrumentos concebidos y utilizados con tal finalidad y los hombres que ejercen la función de emplearlos. “Técnico” es, en fin, el conocimiento de cómo llevar a cabo todo este proceso. (Irene Borge Duarte).

La verdad en cuanto (adaequatio) […] no hace sino establecer una relación fija entre dos términos (lo existente y su representación), sin plantearse, de modo alguno, (desvelar lo que tiene delante en su esencia. Sólo allí donde se da tal desvelamiento acaece lo verdadero). Una relación fija no puede captar el acontecer y devenir del ser que, siendo, ejerce su esencia. Por tanto, la imagen de la esencia de la técnica, no es algo fijo o causal, que expresa la imagen del mundo dominante de Occidente, que no es otra, que la interpretación platónica del ser como idea o en su versión moderna de la relación entre sujeto y objeto, que considera que todo conocer y proceder humano hay que verlo como dominación y explotación de aquello que se sitúa frente a él. (Duarte).

Así que, buscar la esencia de la técnica exige, pues, superar y vencer esta perspectiva fáctica de la modernidad. No se trata de seguir la vía “metafísica” de descripción del comportamiento técnico, sino contemplando éste desde el ángulo de la verdad, pensar desde el origen y en profundidad lo que de facto está siendo. (Duarte).

Observamos que el hombre cada vez más depende de los aparatos técnicos; en esta época de alto desarrollo científico y técnico, de sociedad de masas y cultura de masas, los aparatos determinan la vida del hombre. Como Heidegger dijo:

La dependencia de los aparatos técnicos a resultado en una servidumbre en los objetos técnicos, cuando son verdaderamente ellos los que le deben servir al hombre”.

A Heidegger le interesa preguntar no por la técnica en sí, sino por la esencia de ésta. Que para él no es algo técnico, se encuentra más allá de la mera instrumentalización de la técnica. La técnica se convierte en un sendero más en la búsqueda del Ser; en posibilidad de desocultacion del Ser. La técnica brinda la posibilidad de ofrecer las huellas donde el ser humano lee e interpreta la develación del Ser. Para descubrir como la técnica se transforma en aletheia, en desvelamiento del Ser, Heidegger lleva a cabo un análisis del concepto griego de techne, que ahonda la idea de creación y de causalidad. Asocia la técnica a cuatro causalidades: la causa material, la formal, la final y la eficiente. A partir de aquí empieza a desvelar y llegar a la esencia de la técnica artesanal y posteriormente la compara con la técnica moderna. En primer lugar, la técnica se entrega a la naturaleza y, en segundo lugar, la naturaleza se subordina a la técnica. Así que, la técnica es un modo de salir de lo oculto.

Teniendo presente las cuatro causalidades analizadas por Aristóteles, Heidegger introduce el concepto de responsabilidad y de manifestación, entendidos como fenómenos, aquello que adviene a nuestra presencia. Esto posibilita aplicar el concepto de aletheia a la causalidad, ya que posibilita representar lo que todavía no está presente. Se vale de la idea de creación y producción (poiesis), para hablar de la desocultación del Ser. Porque el producir conduce de lo oculto a lo no oculto, lo trae a la presencia del ser humano. En este orden, Heidegger establece una relación entre aletheia técnica y la idea de techne, que es algo poético.

La techne griega está vinculada a la episteme, en este sentido, contribuye a la desocultacion. La técnica entonces despliega su esencia en el ámbito donde ocurre el desocultar. Para Heidegger la técnica moderna, aunque es un camino para la desocultación del Ser, se pregunta ¿cuál es la esencia de la técnica moderna para que ésta desemboque en el empleo de la ciencia exacta de la naturaleza? El desocultar de la técnica moderna no se despliega en el producir, en el sentido de la poiesis griega, sino en el “provocar”. Además, la técnica moderna le exige a la naturaleza que suministre energías que puedan ser extraídas y almacenadas. La técnica moderna por medio del “provocar” transforma y almacena energía. De este modo, la techne antigua se entrega a la naturaleza y la moderna la transforma y se apropia de ella. Así, la desocultacion de la técnica moderna pasa por el filtro de imponerse a la naturaleza.

Por tanto, ¿cuál es el telos de la técnica moderna? Que el ser humano domine y someta a la naturaleza a sus designios. Ideas que defendieron los pensadores del SXVI y el positivismo de siglo XIX. El Renacimiento posibilitó que el hombre se convirtiera en el centro del mundo, se conozca a sí mismo, explore su interioridad y las posibilidades del intelecto. El antropocentrismo posibilitó el dominio de la naturaleza y el entorno, en aras del progreso, el bienestar y la libertad. Aquí el concepto de libertad se pone la máscara del conocimiento, de la economía y del bienestar social. Que oculta la esencia de la técnica moderna y las relaciones de poder; en este ámbito no puede darse la aletheia, la desocultacion de la verdadera del Ser. Esto constituye un punto de inflexión para que se cristalice el concepto de deshumanización. 

Heidegger analiza las consecuencias de la técnica moderna sobre el hombre, y cómo lo aleja de su esencia natural y lo sitúa en el constructo artificial que determina nuestro mundo y nuestro entorno. Así lo expresó Hannah Arendt en La condición humana: “El artificio humano del mundo separa la existencia humana de toda circunstancia meramente animal, pero la propia vida queda al margen de este mundo artificial y, a través de ella, el hombre se emparenta con los restantes organismos vivos”. Así pues, la prevalencia de la técnica moderna sobre el hombre, posibilitó que la vida biológica de éste se sustituya por la abstracta, determinada por la concatenación entre técnica y ciencia, o, en otras palabras, por la tecnología.

En el Mundo del artificio podemos ver como las relaciones artificiales predominan sobre las relaciones de sentido. Y podemos percibir que, el último resquicio del hombre, su vida biológica, espiritual o mental, se está sustituyendo por lo abstracto y efímero donde prevalece el artificio del artificio. Eso que Arendt denomina mundo, las cosas hechas por las manos del hombre: una casa, una autopista, una escultura, una pintura, un automóvil, etc.

Heidegger piensa que a la naturaleza se la requiere que esté siempre disponible, que define como “fondo”, y su sentido de “fondo” ya no se encuentra frente a nosotros como un objeto. El modo de proceder de la técnica moderna transforma las cosas en puro “fondo”, hace desaparecer el objeto del representar; el carácter de objeto pasa a un segundo plano, para transformarse en utensilio, aunque imponiendo su ley a la naturaleza. Así que, el modo de desocultar de la técnica moderna consiste en la imposición a la realidad y esta es precisamente su esencia. Entonces desocultar lo real como “fondo” supone una imposición a la naturaleza, y lo lleva a cabo a través de la física, que la convierte en un conjunto calculable de fuerzas. De ahí que la ciencia es el arte de construir “funciones”. Para Heidegger la física es, la precursora de la imposición sobre la naturaleza mediante la experimentación que lleva a cabo la ciencia.

El peligro consiste en su carácter totalizador, pretender abarcar toda la realidad y se erija en fundamento de la realidad y convierta la “imposición” en destino del hombre. El problema surge cuando el hombre vivencia su carácter totalizador como algo normal, creyéndose ser libre. El hombre en este ámbito coarta su libertad, en beneficio de la utilización de la técnica. Se convierte en un apéndice de la técnica, que llega hasta los átomos del cerebro. Así pues, la técnica se transforma en una segunda naturaleza para el hombre. Esta dependencia no sólo lo cosifica, sino que limita sus capacidades mentales, sensitivas, espirituales, creativas, para que su imposición a la realidad y al hombre develen su esencia.

Para Heidegger la esencia de la técnica es ambigua, y tal ambigüedad apunta hacia la verdad y, nos hace ver dos cosas: la imposición obstruye todo desocultamiento, de una parte, y de otra, la imposición acaece en aquello que deja que el hombre siga siendo quien es, en pro de la custodia de la esencia de la verdad, y es aquí donde se revela lo “salvador”. Heidegger se pregunta si existe una actividad en la que se dé el desocultar tal y donde el hombre represente el custodio de la verdad. Para éste esa actividad la lleva a cabo el arte. Éste representa una forma de desocultación más cercana a la aletheia originaria, a la verdad, pero debe alejarse de la técnica o, en otras palabras, no debe tecnificarse. Así que, lo que despliega su esencia en el arte es el Ser; la verdad estética es la que estudia la manifestación del Ser en las obras de arte.

Heidegger dice:

“Cuanto más nos acercamos al peligro, con mayor claridad empezarán a lucir los caminos que llevan a lo que salva, más intenso será nuestro preguntar. Porque el preguntar es la piedad del pensar”.

Heidegger reflexiona en La pregunta por la técnica, sobre su esencia y la relación que tiene con el arte; y como éste se convierte en un camino para encontrar la desocultacion del Ser y el peligro que impone sobre el hombre y el mundo. El “pensar” para Heidegger ha de posibilitar la búsqueda de caminos para la desocultacion del Ser, la superación de la metafísica tradicional que olvida al Ser. O, en otras palabras, la revelación de la verdad.

En la Época Moderna la técnica es un hacer del hombre, un medio para alcanzar un fin. La técnica se transformó en un instrumento de que se vale el hombre para imponerse y trasformar la naturaleza; o, en otros términos, un instrumento para someter, limitar y dominar al hombre. En esta representación corriente no se desvela su esencia. Entonces, ¿qué es lo instrumental? Se basa según la filosofía Heideggeriana en cuatro causas: la causa material, la causa formal, la causa final y la causa eficiente. Desandando lo andado, para el griego Antiguo, la causa se define como la responsable de algo, que ocasiona algo.

Así que, las cuatro causas son co-responsables. En Heidegger, la causa es traer-ahí-delante, dar-lugar-a. Ora, las causas hacen que algo esté presente. El paso de la no-presencia a la presencia es, el producir. En la época pre-moderna, producir era la fabricación de algo; también aquello que posibilita la eclosión de algo. La eclosión emerge-desde-sí, trae-algo-al aparecer, se desvela, es decir, lleva algo de su estado de ocultación a su desocultacion. Así que, la técnica es un modo de salir de lo oculto; asimismo, la producción de mercancías es, el efecto de salir de lo oculto. Y, el instrumento que posibilita la desocultacion es la técnica.

Existe una diferencia entre la técnica artesanal y la técnica moderna; como existe una diferencia entre el narrador y el novelista. En la primera, la técnica se entrega a la naturaleza y, en la segunda, la técnica provoca a la naturaleza, la naturaleza se entrega a la técnica. Heidegger dice:

“El hacer salir de lo oculto que domina a la técnica moderna tiene el carácter del emplazar, en el sentido de la provocación”.

En Heidegger, ver una cosa como objeto, es verla velada, oculta, pero al observarla en su solicitud, se desvela y aparece como existencia. Ahora, el hombre es el responsable de emplazar y desocultar. Éste se vale de la técnica para desocultar los objetos que velan la existencia. Así que, el hombre es el único ser sobre la tierra que reflexiona sobre su propia existencia y busca un significado en ella. Además, el hombre provoca a la naturaleza, en la medida que la desoculta. Ahora, tanto el hombre y el objeto se ubican en el ámbito del desocultamiento. Porque el ser humano ha de cuestionarse a sí mismo y al hacerlo adquiere la categoría de hombre: Humano. Ora, el hombre al desocultar lo real como existencia, debe hacer una solicitud para que devenga la estructura de emplazamiento. De ahí que la esencia de la técnica moderna descansa sobre esta estructura.

La estructura de emplazamiento posibilita caminar y el camino adviene el destino. El camino devela lo que está oculto y lo que esconde el velo. En la técnica moderna al desvelar algo, lo convierte en existencia. Ahora, al tomar al hombre como existencia, él solicita existencias, así, lo que se revela es un artefacto del hombre. El camino que el hombre toma para salir de lo oculto, se convierte en un camino en que el hombre se está preguntando y deviniendo así mismo, esto es, encontrándose. Heidegger cree que este es el sendero que hay que seguir, para encontrar la esencia natural del hombre y el mundo; y, de otra parte, recuperar la esencia de la técnica pre-moderna. Así el hombre moderno se entrega a la ciencia moderna –la física-, y, es a través de ésta como da cuenta del mundo.

Heidegger expresa al respecto:

“La técnica moderna no se puso en movimiento hasta que pudo apoyarse en la ciencia exacta […] La teoría física de la Naturaleza en la época moderna es, la que prepara el camino no sólo de la técnica sino de la esencia de la técnica moderna. Porque el coligar que provoca y que conduce al desocultamiento que solicita prevalece ya en la física”.

Para Heidegger, el arte cumple una función primordial en el proceso de desvelamiento, desvelar la esencia de la técnica. Así, la esencia del arte se concatena a la esencia de la técnica, el arte posibilita volver a la relación natural entre la técnica y la naturaleza. Para el griego Antiguo, el arte posibilita salir de lo oculto, y traer-ahí o aquí-delante-de, y preserva la verdad. Ahora, ¿qué es la verdad en Heidegger? Aunque en la antigüedad el arte no se concebía desde un punto de vista estético, sino religioso. El arte en la Antigüedad era salir de lo oculto que trae-de y trae-ahí-delante; en él prevalece y se conserva la verdad. La esencia de lo poético o del arte revela “todo lo que esencia a lo bello”. De ahí que, la técnica original es el arte. Porque devela lo velado, la esencia de la verdad. Ahora, ¿qué se emparenta con la esencia de la técnica? Según Heidegger, el arte. 

Heidegger expresa sobre el misterio del arte:

“Cuanto mayor sea la actitud interrogativa con la que nos pongamos a pensar la esencia de la técnica, tanto más misteriosa se hará la esencia del arte”.

Bueno bien, el sentido original de la técnica no era el dominio sobre la naturaleza, ni sobre el hombre. Sino una forma de conocimiento que fabrica útiles al servicio de metas auténticas, es decir, verdaderas. La técnica en la actualidad ha perdido el impulso originario al convertirse en instrumento de dominio, de coacción, de vigilancia y sometimiento del hombre.

Heidegger reflexiona y dice que, el campesino que siembra utiliza la técnica para realizar una donación y entiende la cosecha como aceptación. El papel del campesino es actuar como custodio de una renovación cíclica. Una presa hidráulica, por el contrario, es una provocación, un acto de violencia, de fuerza que simboliza el espíritu de la sociedad industrial moderna.

La praxis de la técnica moderna se ha convertido en devastación de la naturaleza, de todos los entes vivos y del ser humano. La industria moderna ha impuesto la destrucción, lo terriblemente monstruoso. La superación de estos umbrales no es sencilla, pues la metafísica no es tan sólo un error teórico, sino el destino de la cultura y la civilización occidental.

Heidegger nos indica que la misión del filósofo es dejar ser al Ser. Por eso debemos aprender a habitar poéticamente el mundo y la realidad. Piensa que el pensar se encuentra en dique seco, es decir, en decadencia. El ser humano ha olvidado su destino de morada del Ser y se ha convertido en un decir simple, es decir, escueto. Para recuperar su tarea original, hay que aprender a pensar como el campesino que camina lentamente por el campo. Así podemos rescatar la tarea del ser humano, morar cerca del Ser o, ser el vecino de la verdad. Ahora vagamos sin rumbo, porque estamos lejos de la vecindad del Ser y de la verdad. Si predomina la interpretación técnica del pensar, olvidamos develar la esencia del Ser y de la verdad. La técnica reduce lo existente a su uso instrumental, de dominio y de poder. En esta alta civilización técnica, de sociedad de masas y de cultura de masas, no hay más allá ni misterio, ya que predomina el sistema instrumental de producción, de poder y de saber. Por eso en el sistema del alto capitalismo económico e industrial, de las Plataformas Digitales, las cosas y los seres humanos se han convertido en existencias.

Tengamos presente lo que dijo Walter Benjamín en el Libro de los Pasajes:

A estas reflexiones hay que añadir que en el siglo XIX y (XX) aumenta en una cantidad y ritmo hasta entonces desconocidos el número de las cosas “vaciadas”, pues el progreso técnico deja constantemente fuera de circulación nuevos objetos de uso”.

Para concluir podemos decir que, ahora existe un desierto en las esferas del Ser, del existir y del pensar, por la prevalencia de la técnica en la vida de los seres humanos. Un desierto de lo real y del lenguaje natural, que se está reemplazando por las imágenes en movimiento. Entonces, ¿cuál es la alternativa ante el predominio de los lenguajes digitales y de la Cultura de lo efímero? Que volvamos a los antiguos relatos, a las narrativas míticas, literarias y poéticas, mediante los cuales lo real se enriquezca y se convierta en tierra fértil para el pensar y la creación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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