martes, 25 de enero de 2022

EL PELIGRO DEL DISCURSO EN LA ÉPOCA MODERNA


 

<<Donde quiera que esté en peligro el discurso, la cuestión se politiza, ya que es precisamente el discurso lo que hace al hombre un ser único>>.

                                                         <<La condición humana>>.

 

Antonio Mercado Flórez. Filósofo y Ensayista.

 

Uno de los peligros del discurso en la actualidad, consiste, en ajustarlo a las necesidades del ejercicio del poder, del pensamiento científico, de la técnica, de la economía, ya que dejaría de tener significado, porque las ciencias de hoy utilizan un lenguaje de símbolos matemáticos que, si bien, al principio eran expresiones del discurso hablado, ahora contiene otras expresiones imposibles de traducir a discurso. Así, el discurso de las ciencias y las matemáticas, se separa, cada vez más, del de las lenguas naturales. De ahí que esté situado, en su parte material o en los umbrales de las abstracciones.

Este tipo de discurso no sólo es diferente, sino que se aleja del discurso del hombre común y corriente. Porque las expresiones que contiene son las simbólicas, de las matemáticas, que no contienen contenidos espirituales. Tener presente que los científicos se mueven en un mundo donde el discurso a perdido su poder. De ahí que cualquier cosa que el hombre haga, sepa o experimente sólo tiene sentido en el grado que pueda expresarlo. Según el pensamiento científico, de lo contrario, se ubica en las esferas de la falsedad o las falacias.

Tal vez haya verdades más allá del discurso, y tal vez sean de gran importancia para el hombre en singular, es decir, para el hombre en cuanto no sea un ser político, pero los hombres en plural, o sea, los que viven, se mueven y actúan en este mundo, sólo experimentan el significado debido a que se hablan, y se sienten unos a otros a sí mismos. Las verdades más allá del discurso son verdades trascendentes que responden a las necesidades espirituales, mentales, morales, religiosas, del hombre en particular. Pero no a las necesidades materiales y políticas del hombre en la pluralidad de humanos, donde vive, piensan o actúa.

En Arendt el artificio humano del mundo separa la existencia humana de toda circunstancia meramente animal, pero la propia vida queda al margen de este mundo artificial y, a través de ella, el hombre se emparenta con los restantes organismos vivos. Desde hace tiempo, el esfuerzo de numerosos científicos se está encaminando a producir vida <<artificial>>, a cortar el último lazo que sitúa al hombre entre los hijos de la naturaleza. Esto lo dijo Arendt en la segunda mitad del siglo XX. 

Crear vida en el tubo de ensayo, ya es una realidad sobre la tierra. Como producir prótesis que sustituyen los órganos y los miembros del cuerpo humano. Demuestra que el conocimiento científico y la técnica están construyendo el artificio humano del mundo, que separa la existencia del hombre de la vida biológica, espiritual y mental. Posibilitando, entre otros, la crisis de la naturaleza humana que repercute en las esferas del espíritu, del cuerpo y de la mente.

La ciencia y la técnica son la punta de una lanza y los hombres el mango que la impulsa. Así, su deseo de escapar de la condición humana lo lleva a trascender la vida en la Tierra e imaginar mundos allende donde vivir. El hombre desea sustituir el mundo natural tal creado por Dios, por uno creado por él mismo. Y, esto está produciendo no sólo una crisis de la condición humana, sino también un punto de inflexión en la vida del hombre sobre la Tierra.

Su reconocimiento en cuanto a humano, a homo, lo adquieren debido a que se hablan y se sienten unos a otros, en el mundo que comparten. Así que, el reconocimiento que hace el espacio público a los hombres en plural, se debe a la singularidad única del discurso, el lenguaje, que lo capacita para la política. Aquí el lenguaje se convierte en la cualidad fundamental del ser humano para la convivencia, el dialogo, el consenso y, la búsqueda del bien común.

Así, el espacio público no sólo está constituido por los productos del trabajo, sino también por la cultura y las instituciones. El trabajo elabora objetos de uso –una casa, un coche, un barco, una máquina, un ordenador-, y a la vez, objetos de placer estético, la actitud de gozo desinteresado que producen –las obras de arte, un edificio, una partitura musical-.

De la misma forma, lo componen las instituciones públicas y privadas. Pero el mundo objetivo se revela habitable gracias a la acción y a la palabra. Lo importante para Arendt es, la pluralidad de perspectivas para comprender el mundo y la vida. Porque el mundo no se reduce a las personas, sino que lo constituye el espacio que hay “entre” los hombres.

Así, son los objetos del trabajo los que posibilitan la objetividad y con ella, la durabilidad y la estabilidad. Para el mundo lo importante es la estabilidad, la durabilidad, el artificio y la intersubjetividad. El mundo del artificio es el mundo hecho por las manos del hombre; el mundo objetivo. En el mismo orden, la reificación considera al ser humano consciente y libre como objeto. Se refiere a la cosificación de las relaciones humanas y sociales determinadas por el consumo y la utilidad. Asimismo, la intersubjetividad es el tejido de relaciones humanas, en el ámbito de la política, la economía, lo religioso, lo técnico, lo científico, lo cultural, del Estado y las instituciones.

El mundo artificial relaciona la naturaleza y al hombre. Un mundo hecho por objetos o cosas, y permanece después de la muerte del ser humano. Los hombres desafían al tiempo con la creación de actividades (obras de arte, la música, etc.) y, de instituciones que les permite cierta cuota de inmortalidad. De ahí que Arendt defina la política, la poli, la historia, la filosofía y el arte; en relación al mundo que es para los hombres morada y espectáculo.

Así que, relaciona el arte con el juicio reflexionante político; el gusto por cultivar lo bello. Además, como el arte consigue salvar de la ruina del tiempo algunos humanos efímeros. La actitud de gozo desinteresado que producen las obras de arte sólo es posible, cuando se han atendido las exigencias del organismo. Esa que Arendt llama en <<La condición humana>> vita activa que divide en tres esferas: la labor, el trabajo y la acción. Expresa que, en el Mundo Moderno, predomina la labor sobre el trabajo. La labor se caracteriza por el predominio de la naturaleza sobre la técnica; y con ella, la pérdida de mundo común.

Por tanto, en la Época Moderna la labor se expresa en la reproducción, la supervivencia, el consumo, el lujo y el tiempo de ocio. Eso que llama en otro texto, la cultura de masas y la sociedad de masas, que aparca las reflexiones en nombre del consumo, del ocio vacío y la conversión de la cultura en espectáculo. Como consecuencia del predominio de la reproducción sobre la técnica y el mundo común, se devalúa la capacidad de pensar, de juzgar y la cultura en general. Por eso, hay que ver la Época Moderna en su cultura.

                                

                                          Madrid-España 25/01/2022

sábado, 15 de enero de 2022

LA CONDICION HUMANA EN LA CIVILIZACION DEL ARTIFICIO


 

<<Dos hombres, dos arbustos de rosas silvestres jamás podrán ser idénticos. Lo que busca el poder a través de la violencia, es terminar con la singularidad y la pluralidad de la condición humana; aquello que posibilita la existencia del hombre en la Tierra>>.

 

Antonio Mercado Flórez. Filósofo y Ensayista.

 

Hannah Arendt en el texto la Condición humana habla sobre tres categorías fundamentales en la vida del hombre. Dice que la vita activa se expresa a través de tres esferas: la labor, el trabajo y la acción. Condiciones sobre las que se ha dado al hombre la vida en la Tierra. La labor es la actividad correspondiente al proceso biológico del cuerpo humano, y a las necesidades producidas y satisfechas en el proceso de la vida. La condición humana de la labor es la propia vida; conservarla y reproducirla.

El trabajo corresponde a lo no natural de la exigencia del hombre, no está inmerso en el correspondiente siclo vital de la especie, y la mortalidad queda compensada por dicho siclo. El trabajo proporciona un <artificial> mundo de cosas o de objetos, claramente distintas de todas las circunstancias naturales. Así que, la condición humana del trabajo es la mundanidad.

La acción, la actividad que se da entre los hombres sin la mediación de cosas o materias, corresponde a la condición humana de la pluralidad, al hecho de que los hombres, no el Hombre, vivan en la Tierra y habiten en el mundo. Así que, todos los aspectos de la condición humana están relacionados con la política. La pluralidad humana es la condición de toda política. La acción no es la repetición de un modelo, adquiere sentido porque se da en el mundo plural de los hombres, esto es, la sociedad. Por tanto, los hombres no son interminables repeticiones reproducibles del mismo modelo. Cada hombre es único e irrepetible en la pluralidad humana de la política.

De ahí que su esencia no es predecible del mismo modelo, como naturaleza o esencia. La pluralidad es la condición de la acción humana debido a que todos somos lo mismo, es decir, humanos. Así que, en el ámbito de la acción los seres humanos desarrollan y ponen en práctica la libertad. Estas tres categorías (labor, trabajo y acción), se relacionan con la condición más general de la existencia: nacimiento y muerte, natalidad y mortalidad.

Asimismo, el trabajo y su producto artificial hecho por el hombre, concede durabilidad a lo pasajero de la vida mortal y al carácter efímero del tiempo humano. La acción se compromete a establecer y conservar los cuerpos políticos para la memoria, esto es, para la historia. La labor y la acción, tienen relación con la condición humana de la natalidad. El nuevo comienzo inherente al nacimiento se deja sentir en el mundo sólo porque el recién nacido posee la capacidad de empezar algo nuevo, es decir, de actuar. En este sentido de iniciativa, un elemento de acción, y, por lo tanto, de natalidad, y no la mortalidad, puede ser la categoría central del pensamiento político, diferenciado del metafísico.

Así que, el totalitarismo odia todo nacimiento, porque lleva implícito no sólo la acción, sino la alteridad y la aventura. Un elemento de acción y de natalidad que es inherente a todas las actividades humanas. Asimismo, el totalitarismo sitúa en el centro de la política, lo siempre igual, el servilismo, lo gregario y la muerte. Los totalitarios odian la natalidad y la acción de la individualidad, en la pluralidad de la política. La política no es para ellos, la acción plural de la condición humana, sino el dominio y la homogenización de la sociedad. Como lo expresa Arendt, se convierte en la categoría central del pensamiento político.

La cosa está clara: el hombre es un ser condicionado; todas las cosas con las que entra en relación lo condicionan. Así, la condición humana trasciende y abarca toda actividad del hombre, todas las cosas naturales y reificadas, hechas por el hombre, condicionan la vida de los hombres. Arendt ubica en la misma balanza con las mismas pesas, los condicionantes naturales y artificiales del hombre. Cualquier cosa que entra en contacto o se relaciona con la vida del ser humano, se define como condicionante de la existencia del hombre.

La objetividad del mundo –su carácter de objeto o cosa- y la condición humana se complementan mutuamente; debido a que la existencia humana es pura existencia condicionada, sería imposible sin cosas, y estas formarían un montón de artículos no relacionados, un no-mundo, si no fueran las condiciones de la existencia humana. Sólo el mundo adquiere valor –las cosas o los objetos-, cuando se relacionan con la existencia humana. De su condicionalidad depende su existencia como cosas u objetos; ya que son objetos y cosas para el hombre. Si no fueran para el hombre, se constituirían en un montón de cosas inertes y sin importancia dentro del mundo natural de las cosas. Quien les da existencia verdadera y eficaz, es el hombre; la relación o condición que establecen con los hombres. Cuando se relacionan con la existencia humana, las cosas adquieren <<Figura>>, esto es, existencia para el otro, el hombre.

La naturaleza humana no es lo mismo que la condición humana, y la suma total de capacidades y actividades que corresponden a la condición humana no constituyen nada semejante a la naturaleza humana. Ni la razón, ni el pensamiento constituyen las características esenciales de la existencia, en el sentido de que sin ellas dejaría de ser nuestra existencia. Labor, trabajo, acción y pensamiento, son categorías que condicionan la condición humana; pero no la existencia del hombre sobre la Tierra.

Así pues, en la esfera de la vita activa, diferencia la labor del trabajo. El producto del laborante es inmediatamente consumido; los productos del trabajo –sean objetos de uso, objetos de goce como las obras de arte- una vez terminados, persisten. Así que, la estabilidad, la durabilidad de los objetos del trabajo, son los que posibilitan la objetividad. Para el mundo, lo esencial es la estabilidad, la durabilidad, la artificiosidad e intersubjetividad. De otra parte, aunque sea un mundo artificial es, un mundo que perdura después de la muerte de quienes lo construyen. Este espacio público no está constituido tan solo por los productos del trabajo, sino también por la cultura y las instituciones.

Por eso, el caos o la crisis política o social, se expresan en el arte; o, en otros términos, en las <formas> estéticas. El arte no es un mero adorno. Como expresó Vico, es una voz que habla, un esfuerzo para plasmar una visión en una forma material concreta. En cambio, Arendt considera que el mundo es habitable, porque posibilita trascender la vida en su sentido no biológico, gracias a la acción y la palabra. Si se corrompe la acción y la palabra (la poesía, la novela, la música, el discurso político, la comunicación entre los hombres, etc.); expresan su crisis en la cultura.

En toda comunidad que construye un mundo vivible, la crisis de la vida pública se comunica en su cultura. Por eso, sólo percibimos los efectos de la acción en la intangible trama de relaciones humanas. O, en la estabilidad de las relaciones intersubjetivas. De ahí que sea necesario mirar detrás del forro de los fenómenos y develar el verdadero sentido del mundo y de la vida.

Cuando Arendt analiza la sociedad moderna, su crítica no se reduce a un simple lamento acerca de cómo los modernos conceden tanto valor a la técnica, sino que su preocupación básica gira en torno a las consecuencias que detecta en el hecho de que la sociedad moderna esté organizada según la labor. El Mundo Moderna lo muestra no como un retroceso paulatino de la naturaleza, sino como un desmesurado avance de la misma y, por ello, como una progresiva pérdida de mundo común.

El Mundo Moderno está estructurado, organizado y funciona, de acuerdo a las satisfacciones biológicas del ser humano. Así, el sistema del capitalismo global lo expresa en el mercado de <<valores>> y bienes de consumo. En el mundo objetivo hecho por las manos del hombre y, a la vez mundo artificial, el hombre no sólo produce mercancías para ser consumidas. Sino también una trama de relaciones que se manifiestan en la esfera política, social, religiosa, el Estado y las instituciones, las obras de arte y la cultura.

El mundo adquiere durabilidad, estabilidad, permanencia, en la civilización del artificio y las relaciones intersubjetivas. Un tejido que en el espacio público expresa el mundo común, el que se comparte <entre> todos los seres humanos. Así que, el Mundo Moderno prioriza el mundo objetivo sobre el subjetivo; el consumo de mercancías desechables (neveras, televisores, colchones, casas, carros, máquinas, móviles, ordenadores, etc.), sobre el mundo del espíritu, de la esfera de la sentimentalidad, el ámbito del pensamiento, los valores de la moral y de la ética, y el sentido estético del mundo y de la vida. Es aquí en estas esferas donde entra en juego la crisis de la condición humana y la cultura. 

En La condición humana, en el capítulo La permanencia del mundo y la obra de arte, considera la temática del arte y, cómo éste consigue salvar de la ruina del tiempo algunos gestos humanos efímeros. La obra de arte se distingue de todo el resto de objetos que el hombre produce mediante el trabajo, por su capacidad como por su modalidad de como permanece en el mundo como monumento y testimonio de la cultura, que posibilita trascender la utilidad y la función que cosifica al ser humano consciente y libre como si fuera un objeto no consciente ni libre.

El poeta J. M. Rilke dijo: <<el arte redime lo que toca de la destrucción con que la naturaleza empuja a sus productos hacia el final de su tiempo>>. En otros términos, el arte redime de la destrucción de la naturaleza y la muerte como monumento y testimonio de la cultura en la historia, la memoria y el recuerdo. Las obras de arte, en general, desde las artes plásticas hasta la literatura, la poesía y la música, son consideradas por ella, las más mundanas entre las obras manufacturadas. Porque son capaz de expresar la civilización y la cultura, sobre todo en cuanto a su capacidad de hacer experimentar el mundo como morada perdurable. De ahí que su durabilidad no se debe a su materialidad, que es importante, sino, ante todo, a permanecer en el tiempo debido a la memoria, el recuerdo y la relevancia de la belleza entre los hombres. La belleza de las obras de arte trasciende toda necesidad y las hace perdurar a través de los siglos; pero nunca van más allá del mundo.

De la misma manera, la belleza transforma los intereses, los contenidos religiosos y no mundanos en realidades mundanas tangibles; en este sentido, todo arte es secular, y la diferencia con el arte religioso está en su capacidad de <secularizar> -reificar y transformar en una presencia mundana <objetiva>, tangible- lo que antes había existido fuera del mundo. De ahí que una obra de arte bien lograda –la Gioconda, de Leonardo da Vinci; el Guernica de Picasso-, expresan un modo estético y especial, en que los hombres se relacionan con el mundo y los demás hombres. La obra de arte irradia belleza, armonía y expone una particularidad única e irrepetible.

Por decir así, la vita activa: la labor, el trabajo y la acción, configuran el Mundo Moderno y al hombre moderno. Que la política es la acción plural de la condición humana y, no el dominio y la homogenización de la sociedad. Así que, la acción plural de la condición humana, se convierte en la categoría central del pensamiento político. Que todo nuevo nacimiento lleva implícito la acción, como alteridad y aventura. Por eso, los gobiernos totalitarios y autoritarios, detestan la natalidad y la acción de la individualidad, en la pluralidad de la política. Porque rompe lo establecido por el ejercicio del poder como <verdadero> e incuestionable. De ahí que el nuevo nacimiento se hermane con la libertad.

En el Mundo Moderno el conflicto entre individuo y sociedad, se repite una y otra vez, tanto en la realidad como en la ficción. Así, el individuo moderno hace parte de la sociedad ante la que trata de autoafirmarse y que siempre obtiene de él lo mejor. Lo importante del papel de éste en la esfera social, consiste en que, se convierte en consciencia crítica de la misma y, además le da unos rasgos humanitarios, al quererla transformar por otro <tipo> de sociedad.

El contenido intelectual y ficcioso del conflicto toma así mismo, un tinte político. Los explotados, los marginados, los lumpen, los desclasados, los obreros, los campesinos, y ciertas clases sociales de la Gran ciudad, se convierten en punta de lanza para luchar y cambiar la sociedad y el ejercicio del poder. Aquí la realidad copia a la ficción. Aparecen grupos sociales o minorías que la sociedad había excluido en las tomas de decisiones, que empiezan a ser actores políticos, sociales o culturales, en la sociedad de masas y la cultura de masas. Que dinamizan las relaciones intersubjetivas de la sociedad y la pluralidad de acción política, en búsqueda de un mundo más vivible, más humano y más libre.

                                               Madrid-España 15/07/2022

miércoles, 12 de enero de 2022

PUÑALADAS CONTRA LA DEMOCRACIA

 

 

Antonio Mercado Flórez. Filósofo y Ensayista.

 

Así tituló Juan Luis Cebrián su ensayo de análisis político publicado en el periódico El País de Madrid-España del 10 de enero de 2022. Donde hace una especie de literatura histórico-política comparada entre lo que dijo el expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter que avisara que el país se encontraba al borde del abismo de un conflicto civil y lo que expresó el Presidente Joe Biden que acusa a Donald Trump de poner una daga en el cuello a la democracia americana. Como también la toma del Capitolio, y cuestionar la legitimidad y la legalidad de su elección como Presidente de Estados Unidos. Y, como colofón un sector del Partido Republicano cree que hubo fraude y la elección del Presidente es ilegal.

Asimismo, el secesionismo nacional-populista catalán trata de erosionar el Estado de Derecho y las instituciones democráticas, dentro y fuera de España, enfrentando a la sociedad civil entre sí y a estos con el resto de españoles. También utilizando el Sistema educativo para ideologizar a los alumnos, basándose en falsos mitos, fantásticas leyendas e historias sin fundamento e irrealidades del presente-actual.

A la vez, utilizan los medios de comunicación social, las redes sociales y la televisión pública o privada, para divulgar bulos falsos y noticias que no corresponden con la verdad que vive Cataluña y España. En ellos predomina la mentira y la falsedad para alcanzar los objetivos políticos y conservar el ejercicio del poder. De esta manera, buscan erosionar las instituciones democráticas desde dentro del Sistema democrático. Y, esto es grave en un Estado democrático Social de Derecho.

Lo importante del ensayo es que advierte de la fragilidad y los enemigos de los regímenes democráticos. Las democracias son sistemas jóvenes, respecto a los autoritarios y totalitarios. Un sistema que se basa en el sufragio universal, los derechos de los ciudadanos, y, en particular, la defensa de la libertad. Sabemos que en un sistema autoritario todo puede ser destruido: todo es posible –expresó Hannah Arendt. Ernesto Sábato dijo: creo en la gris y mediocre democracia, la única que en definitiva permite pensar libremente y preparar una sociedad mejor. 

La crisis que vivimos en la actualidad, emana de la financiera de 2008, que trajo un empobrecimiento económico y un deterioro moral de las clases medias. Donde estas son empujadas por políticas neoliberales y un capitalismo salvaje, a diluirse en los sectores más pobres de la sociedad. Que trajo la polarización y la concentración del PIB en estratos minoritarios del cuerpo social. Donde el desmantelamiento del Estado de Bienestar y las políticas sociales, son trasladadas al capital privado. Entonces la sociedad civil se privatiza en nombre del neoliberalismo y la globalización. 

Cebrián dice que, la globalización, la revolución tecnológica, los movimientos migratorios y la pandemia, han contribuido a fomentar el descontento social y, la distancia entre gobernantes y gobernados. De este modo, las democracias están amenazadas, quizá como nunca lo han estado desde la victoria aliada contra el nazismo, y la caída del telón de acero medio siglo más tarde.

El desafío no procede ahora de un enemigo exterior, sino del interior del Sistema: la fragmentación de los partidos políticos; la polarización entre bloques; la ausencia de liderazgo; el populismo rampante; el acoso a una justicia independiente; la desinformación y la mentira. Son males que deterioran las democracias actuales. Que si no se conjuran se asume el riesgo de potenciar las soluciones autoritarias que encuentran cada vez más espacio y eco, en las nuevas generaciones.

Dice si las democracias están amenazadas por el comportamiento de sus propios dirigentes políticos, no debe servir de consuelo al analizar el caso español. La polarización extrema, la fragmentación y el descontrol en nuestros debates parlamentarios, no son consecuencia de la protesta y la insatisfacción ciudadana como del comportamiento irresponsable e ineficiente de los partidos centrales. Partidos que fueron importantes en el sistema político actual y que hoy desprecian los valores en los que se sustenta. Podemos sentir el punzón en el cuello del llamado Régimen del 78; lo conforman la deslealtad institucional y la vulneración del Estado de Derecho por parte del Gobierno de la Generalidad de Cataluña.

Dice que el secesionismo catalán es el único peligro, para la estabilidad política e institucional, y para la solidez del Sistema democrático. Dada la capacidad de poder real y los apoyos con que cuenta dentro y fuera del Estado. Si los independentistas lograrán sus objetivos, provocarían el ascenso del ultranacionalismo español, a la cabeza de la derecha y la extrema derecha; también el retorno del centralismo y por qué no, la negación de la libertad y los derechos fundamentales de los ciudadanos.

El nacional-populismo catalán ha logrado que la sociedad sea menos democrática, intolerante, autoritaria y excluyente, con la diversidad social, política, ideológica, lingüística, cultural, que convive en Cataluña. El incumplimiento de las leyes, el irrespeto a la independencia del poder judicial y a los derechos de los ciudadanos, lo abalan. Posibilitó que la sociedad catalana no sólo es menos democrática, sino que excluye la pluralidad política, social y cultural, que componen el cuerpo social.

En España la polarización política se ha reducido a la conquista o, la tenencia del ejercicio del poder; omitiendo las verdaderas necesidades materiales, morales, políticas, económicas, sociales y culturales, de la sociedad en general. Sabemos que el Sistema democrático no niega o elimina las contradicciones sociales, sino al contrario las promueve en busca y defensa del interés general.

Cebrián piensa que los manuales de ciencia política, en la medida en que la política sea una ciencia, explican que hay dos causas fundamentales para la inestabilidad de los gobiernos en las democracias: la deslealtad de la oposición y la incorporación al poder de partidos antisistema, dispuestos a ocupar el régimen para destruirlo desde dentro. Asimismo, Europa, América del Norte y América del sur, ejemplos donde el Sistema democrático se deteriora por el espacio y la tolerancia con partidos nacional-populistas, que buscan dentro de las instituciones destruir la democracia, la convivencia pacífica y la libertad.

Sabemos que la democracia está amenazada por algunos que ejercen o aspiran ejercer el poder y, es necesario que se cumplan las leyes y el pacto constitucional, (España debe buscar a través del dialogo parar la amenaza secesionista y llegar a un acuerdo para la renovación del Poder Judicial, la Ley Electoral o la reforma de los partidos centrales Socialista y Popular), y, así fortalecer las bases fundamentales de una democracia social y libertaria.

Vivimos una época de tránsito y de grandes convulsiones espirituales y mentales. Que se expresan en una multiplicidad de esferas –sociales, políticas, económicas, científicas, técnicas, morales, éticas y culturales, etc. Ante todo, una revolución en el lenguaje, que está pasando de la lengua natural a situarse en la esfera material: medios de comunicación, redes sociales, las imágenes en movimiento, Plataformas Digitales, etc.- que están transformando la naturaleza del ser humano. La visión que tiene el hombre de sí mismo, del entorno y del mundo en general.

Quiero decir que son las dificultades, los retos espirituales e históricos lo que hace la grandeza de las naciones, no sus facilidades. Y, uno es la defensa del Estado de Derecho, el Sistema democrático y la libertad. Ante aquellos que buscan destruirlos dentro y fuera de las instituciones, de la legalidad y la legitimidad. Tratar desde la enseñanza primaria y secundaria que los alumnos tengan una visión integradora, reflexiva y crítica de la realidad. Porque la educación se propone un modelo de hombre y de convivencia; por eso, forma o deforma la individualidad. Es necesario que las instituciones públicas y privadas implementen la cultura política y la coexistencia en el cuerpo social: la tolerancia, la convivencia, el respeto al otro, el dialogo, el plurilingüismo, y todos los aspectos que hacen las naciones más fuertes y unidas en la diversidad.

 

                                               Madrid-España de 12/01/2022