lunes, 31 de mayo de 2021

LA IMPORTANCIA DEL LENGUAJE EN LA CIVILIZACIÓN TÉCNICA

 

     

 <<A todos aquellos jóvenes que han perdido la vida en Colombia, con la esperanza de alcanzar una sociedad más justa, más libre y más igualitaria>>.

 

Antonio Mercado Flórez. Filósofo y Ensayista.

 

En esta época de alto desarrollo tecnológico, estamos anonadados por los instrumentos técnicos, la función y la utilidad que desempeñan en la sociedad. Hemos ido entregando la libertad a cambio de unas pocas monedas de lo actual. La seguridad y la vigilancia brindan la experiencia de lo estable. El hombre planifica y su hacer está supeditado a la técnica, la ciencia y la estadística. Se trata que el pensar futuro desenmascare lo que oculta la experiencia de lo estable en el Estado, las instituciones, el orden jurídico o los parlamentos. Además, el Estado técnico absoluto, como los técnicos y el mundo técnico, darán paso a la ciudadanía libre, igualitaria y fraterna para la democracia. Sabemos que el mundo técnico pone en tela de juicio lo esencial de la civilización democrática.

Se necesitan actores significativos (profesores, estudiantes, líderes sociales, periodistas, políticos, etc.), que prevalezcan sobre el mundo técnico y el colectivo técnico, la fuerza y la violencia; sobre el ejercicio del poder que incrementa la desigualdad, la falta de oportunidades, el racismo, el elitismo y la segregación social. Así develaran a los ojos de los hombres y las mujeres cosas prodigiosas y divinas jamás imaginadas. Heidegger dice que, la esencia de la técnica porta en sí la iluminación y la verdad del ser. Se trata de develarla en su claro para que se manifieste la verdad del ser y la esencia del hombre y del lenguaje. Esto posibilitaría un mundo más humano y vivible. Un ámbito donde la justicia y la verdad, prevalezcan sobre la injusticia y las mentiras del poder.

Abriéndose en el camino del ser y la esencia del hombre, la experiencia de lo estable llega al lenguaje. En efecto, en su decir, lleva al lenguaje sólo lo inexpresable, las mentiras del poder. De este modo, el lenguaje se alza por encima de la experiencia de lo estable, y comunica el brillo de los contenidos espirituales en medio de la oscuridad del mundo. La verdad no como algo establecido e inamovible, sino como advenimiento del ser y la esencia del hombre. Sólo así el lenguaje es misterioso y reina en nosotros. Sabemos por los anales de la historia y de la cultura, que lo misterioso, la miseria y la grandeza del ser humano, desembocan en el lenguaje. Éste comunica las desdichas y las grandes virtudes de los seres humanos.

El lenguaje posibilita que advenga el ser y el hombre exista, que aclara y oculta su esencia. Sólo cuando el lenguaje es llevado a la plenitud de su esencia es histórico, el ser queda preservado en la memoria. Así que, el ser humano y las generaciones históricas, alcanzan la memoria y la rememoración. Por eso, el decir que piensa trae a colación la relación de la verdad del ser y la esencia del hombre. Entonces, podemos percibir la humanidad del hombre en el lenguaje y en su obrar. Cuando el lenguaje oculta la verdad del ser y la esencia del hombre, el decir se falsea. Hace que lo aparente y mentiroso ocupen la “casa del ser” y la morada del hombre. Esto posibilitó que el lenguaje se convirtiera en signo o, en imagen. En la actualidad las imágenes son más fuertes que las palabras. No necesitan ser traducidas y actúan de manera directa. Así pues, la enorme afluencia de imágenes favorece un nuevo analfabetismo. La escritura se sustituye por signos; pues, observamos una decadencia de la ortografía. La consecuencia es una vulgarización de la gramática.

Recordemos que, en la década del treinta del siglo XX, toma el poder en Alemania el totalitarismo nazi; el lenguaje es vaciado de sus contenidos espirituales, y se convierte en instrumento de demagogia, engaño y odio. Como también, hace el lenguaje de los populistas, los nacionalistas, los autoritarios, que se valen de las necesidades humanas y de la parálisis de los partidos tradicionales y las elites del poder, para destruir la acción política desde dentro de las instituciones y las libertades democráticas. En un Estado democrático Social de Derecho agrieta las bases donde se asienta. Por experiencia sabemos que la democracia es frágil como un niño recién nacido, por eso tenemos que cuidarla y fortalecerla cada día de nuestra vida. Porque el destino de los pueblos se fundamenta en la libertad, la justicia, la igualdad y la democracia, y, no en el odio, el racismo, la xenofobia, la exclusión, el hambre, el sufrimiento, la violencia o la muerte.

Estamos caminando sobre un desfiladero estrecho y funesto, que impele a los hombres a la destrucción de la vida, del pensar, de la experiencia y del lenguaje. En cada uno de los niveles es posible una mutación, igual que en cada momento es posible la muerte. Asistiendo por la primacía de las imágenes sobre el sentido de las palabras, al final de un ciclo. Así, lo que sigue es un tiempo sin historia, de duración indefinida, que puede resultar agradable o, en todo caso, no trágico, según el modelo de ese <<último hombre>> que nos anunció Nietzsche y nos ha descrito Huxley.                                                                                                                                                   

Un “tipo” de hombre que contribuya a restaurar la esencia que mora en él y en cada uno de nosotros. Que todos formemos parte de un nuevo <orden> en la historia universal y que la capacidad de juicio como una actividad importante, permita compartir-el-mundo-con-los-demás. Que nos posibilite orientarnos en el ámbito público y en el mundo común. Un orden que trascienda el nihilismo, los anti-valores o el irracionalismo, y posibilite la proximidad Tierra y Cielo, Mortales y Divinos. Para que así de esa manera, pueda advenir la verdad del ser, la esencia del hombre o, la Revelación divina. Que se expresan en la sonrisa de un niño, la mano tendida de un amigo, el abrazo de un ser querido, la tolerancia con lo diferente (en la raza, la lengua, la ideología, el estar y ser en el mundo). Por eso, los dioses y las musas derraman su gracia y su ambrosía, en aquellos hombres o pueblos, que la encuentran y la revelan en todos y cada uno de los mortales. Esto es política.

En el mundo en que vivimos y compartimos como seres humanos, prevalecen las atrocidades, las mentiras, los odios, las guerras, la violencia y la muerte; hora es, que los dioses salgan de sus escondites – como dijo Hölderlin. Así pues, no podría ser menos, la atmósfera que reina en el mundo es contradictoria e inextricable -en unos sitios es prometeica, con grandes fuegos y manos tendidas hacia las estrellas, en otros es apocalíptica, con sentimientos de culpa que remuerden la conciencia. Nietzsche es optimista, Spengler ve parcialmente la fatalidad –como el acabamiento normal de una cultura.

En el ámbito de la técnica y de los lenguajes digitales, del poder de una selecta minoría, se trata de ocultar ante los ojos de los pueblos la verdad de lo que acontece. Que el ser humano es dirigido a gran distancia por poderes abstractos y minorías que, una única maniobra ejecutada en el cuadro de distribución de la energía conecta la red de la corriente de la vida moderna –una red dotada de amplias ramificaciones y de múltiples venas- a la corriente del Gran Poder.

Desde allí se configura un mundo donde los seres humanos son incapaz de ver y detenerse a pensar. Un mundo donde somos incapaz de tenerlo en común y compartir con otros, está determinado por los medios de comunicación, los partidos políticos, las estructuras económicas, las plataformas digitales que condicionan la vida de los seres humanos. En este orden, cada ser humano cumple la función que le corresponde y se ubica fuera de la obra, se ha salido de ella. Ésta se ha vuelto autónoma, y ahora el ser humano deviene más sustituible y prescindible.

 Parece que nos convirtieran en esclavos, y, por ende, no disfrutamos de la libertad, los derechos, lo justo y lo bello, de la realidad que vivimos. Además, el ámbito construido por las máquinas, la física cuántica, la neurobiología, el ciberespacio, la biotecnología, se convirtió en prisión para la mente y el espíritu de los hombres. Se trata de trascender el sentido instrumental de la técnica y ponerla al servicio del hombre. De romper las cadenas de la opresión y las injusticias sociales, económicas, políticas y culturales que vivimos. Para así, de esa manera, alcanzar un mundo y sociedades más justas, más libres y democráticas.

                                                  Madrid-España a 31/05/2021

martes, 18 de mayo de 2021

ILUMINACIONES SOBRE EL PENSAMIENTO DE WALTER BENJAMÍN

 

                 

 

Antonio Mercado Flórez. Filósofo y Ensayista.

 

Walter Benjamín (1892-1940) escribió sobre una pluralidad de temas -que abarcan desde el drama trágico alemán, el Romanticismo, la fotografía, el cine, la historia, el lenguaje, París, Baudelaire, Proust, el marxismo, el surrealismo, la narración de historias, la traducción hasta la violencia. Así que, esto posibilitó que Benjamín se situara en el umbral de una nueva era intelectual. Fue sobre todo un pensador heterodoxo, por la amplitud y el carácter inclasificable de sus preocupaciones intelectuales.

Pero ante todo fue un crítico de la cultura judío-alemana, que se interesó en un principio por investigar la literatura de su país (que expresó en El concepto de crítica en el arte del romanticismo alemán, Las afinidades electivas y El origen del Trauerspiel alemán). En la década de 1920 se interesa por el marxismo y desarrolla un punto de vista que podemos denominar herético, porque relaciona el materialismo dialectico con el misticismo judío, la metafísica romántica y las expresiones artísticas de vanguardia.

Pero las ideas sobre el progreso, la ciencia, la política, la economía y la técnica; sirven como fundamento para reflexionar sobre el problema de la técnica en la Edad Moderna. También sobre el problema de la cultura en la actualidad. Así lo intuyó frente a la experiencia del siglo XX: la cosa está clara: la cotización de la experiencia ha bajado y precisamente en una generación que de 1914 a 1918 ha tenido una de las experiencias más atroces de la historia universal. Lo cual no es quizás tan raro como parece. Entonces se pudo constar que las gentes volvían mudas del campo de batalla. No enriquecidas, sino más pobres en cuanto a experiencia comunicable, la experiencia que mana de boca a oído. Una generación que había ido a la escuela en tranvía tirado por caballos, se encontró indefensa en un paisaje en que todo menos las nubes habían cambiado, y en cuyo centro, en un campo de fuerzas y corrientes destructoras, estaba el mínimo, quebradizo cuerpo humano. (Benjamín).

Percibe la pobreza del hombre desde la perspectiva del vaciamiento de los contenidos lingüísticos y, a la vez, del desarrollo de la técnica. Ésta no sólo destruye la vida humana o natural, sino que sustituye la lengua que comunica contenidos espirituales por la lengua situada en su parte material (por las imágenes, el alfabeto electrónico de la comunicación global inmediata y simultánea; las plataformas digitales), reemplazan la lengua que posibilita la interpretación de la historia y de las esferas del saber, la que describe los momentos oportunos y el discontinuo devenir de la historia.

Trata de captar la totalidad en los fragmentos y lo teórico en lo práctico, de ahí que la crítica de la cultura se relaciona con las visiones artísticas de vanguardia, el ojo de los cineastas, el oficio de trapero y la capacidad mimética de los niños, quienes usan de forma diferente los fragmentos, las ruinas y desechos que la modernidad deja tras de sí. Por eso, expresa en el Libro de los Pasajes. Teoría del conocimiento, teoría del progreso: Método de trabajo: montaje literario. No hurtaré nada valioso, ni me apropiaré de ninguna formulación profunda. Pero los harapos, los desechos, esos no los quiero inventariar, sino dejarles alcanzar su derecho de la única manera posible, empleándolos.

Su mirada cristaliza las cosas para conseguir una especie de interioridad oculta. Así como un ritmo que se convierta en el corazón de la historia. Lo importante es percibir el devenir de la historia no como monumento, ni desde los grandes hombres, sino desde los fragmentos, los escombros materiales que la historia deja al borde de los caminos. Develar, por así decir, la magia y la iluminación que aporta al mito en la actualidad.

Benjamín es un escritor de los márgenes, de la vida y la literatura. Así que, privado de patria se sitúa como los de su generación al margen de lo establecido como verdad y, su vida y su obra están entrelazadas de fragmentos disperso de caminos, de recuerdos, de visiones, de olores, de colores o, susurros, que hacen parte de las calles, las ciudades, los pueblos, las lecturas, las vivencias de felicidad, de dolores y de sufrimientos. Que configuran su vida biológica, intelectual, espiritual y lingüística. Unas visiones que vienen de lejos, pero en él representan el material de trabajo que revitalizan y dan forma a su obra.

Su aventura da paso a la experiencia interior de la humanidad y del mundo, hacer trasparente el mundo y la realidad y, que la vida recobre el aura de eternidad en la historia. Esto significa que los fragmentos de felicidad den motivos de esperanza y la acción dignifique al mundo. Además, ni el deslumbramiento del mundo acompaña la experiencia de la razón humana, como tampoco la promesa de felicidad deja de ser ese ámbito en el que renace el mito. La experiencia y el mito constituyen la piedra angular de la perspectiva del pensamiento crítico que da vida al proyecto de Benjamín.

Cree que es necesario reflexionar el mito del tiempo-ahora, del presente-actual, para así describir sus estrategias narrativas, sus formas de representación y, así transformarlas en objetos de su crítica. Pensar, por ejemplo, como la técnica remplaza al mito en la modernidad. Piensa en contra del positivismo de los lenguajes artísticos, y cómo las formas del arte, de la música y de la cultura en general, aparecen en su radical tensión, inscritas en la experiencia que otorga la iluminación y las anima como experiencia del límite, desde el mito.

Así que, el análisis de las formas de la cultura en la actualidad, hay que percibirlas en concatenación con la historia natural del hombre, que se solidifica en la alegoría o, en la magia del interior burgués. Benjamín cree que lo importante no es reconstruir una historiografía de un hecho o, hacer historicismo, sino mostrar las estrategias y procedimientos donde se expresa la experiencia moderna. En otras palabras, la historia en su acontecimiento propio, cercano a la pobreza de nuestra existencia contemporánea.

Sus lecturas, sus experiencias, sus representaciones, sus recuerdos, sus ensayos o textos, revelan los cimientos simbólicos de nuestra época, pero lo hacen en un ámbito transversal, que está preñado de anécdotas, curiosidades, preferencias personales o compartidas. Utiliza, de la misma manera, los fragmentos, las ruinas, los harapos, para enfrentarse a los poderes establecidos en las esferas del pensar, de la verdad, lo constituido por el poder y el saber. Por eso, su pensamiento no es una reflexión erudita, sino el tejido de una fuente esencial de utilidades conceptuales.

                                                                             Madrid-España a 18/05/2021

miércoles, 5 de mayo de 2021

¿Qué significa la joven generación en el mundo actual?

 

                   

 

<<A todos los jóvenes de Colombia que han perdido su vida y los que luchan en la actualidad para alcanzar un país más justo, más igualitario, donde se respeten los derechos de la persona humana, la vida y la libertad>>.

 

Antonio Mercado Flórez. Filósofo y Ensayista.

 

Sabemos que la muerte, la enfermedad, el odio, la violencia, el dolor, entre otros, nos enseñan a apreciar ese Don misterioso y divino que es la vida. El hombre sigue su camino de destrucción y de guerra para alcanzar la ilusión del honor, del poder y del dinero. Pero olvida que lo esencial del ser humano está dentro de él: la amistad, el amor, la fraternidad, la solidaridad, la libertad y el respeto, etc. Que lo empuja a seguir adelante en la lucha de la existencia y, admitir que el hombre contiene a todos los hombres dentro de sí. El ser humano se enceguece por las ilusiones del poder o la riqueza y, los considera por los beneficios que le reportan. Casi siempre en los actos humanos las ambiciones se imponen sobre la sensatez y lo justo. De ello provienen las desgracias que cargan sobre sus hombros como un peso insoportable de llevar.

Por la velocidad de la vida cotidiana no nos detenemos un momento a meditar sobre lo fundamental de la existencia. Eso que da sentido a la vida. ¿Será que estamos destinados por el Sino o, el Todopoderoso a que los hombres no podamos comprendernos recíprocamente? ¡No hay mejor manera de servir al Creador que amando a sus criaturas! Todo, lo más ínfimo, insignificante, como la hoja de un árbol al caer a la tierra, un grano de arena en el desierto, revelan belleza y armonía para el goce del espíritu. Resulta difícil tener fe en la benevolencia del Señor, pero su Sabiduría resplandece en cada brizna de hierba, en cada mosca, en cada flor, en cada mota de polvo. (Thomas Mann).

El ser humano parece no darse cuenta que, en esas cosas se escode el sentido de la existencia. Así que, está enajenado por la ilusiones ópticas y auditivas del colectivo técnico y por el mundo de ese colectivo; pero también por las esferas del dinero y del poder. Por el tiempo para mirar dentro de sí y pensar sólo en las cosas de la vida que le producen poder y beneficio. Ora, pues, hay que recordarles a los malvados que el mundo sólo subsiste mediante la paz y el amor.

No sabemos mientras andamos por el mundo que nos depara el destino; pero el que se quita las talanqueras de los ojos del corazón, sabe que, el hombre alimenta su espíritu de las migajas que dejan caer los dioses sobre la Tierra. Por eso, vemos la realidad que vivimos como en espejo, ya que los ojos son incapaces de soportar la luz de las alturas donde moran los dioses. Es como el trabajo del creador, del autor de un libro o una obra de arte, capta la luz que luego se refleja en el lector o el que observa la obra de arte. No sólo hay en la obra de arte una gigantesca fuerza de orientación, sino que la luz que porta en sí desvela la oscuridad de las cosas.  

La joven generación, la juventud, en su acepción más profunda y elevada nada tiene que ver con la historia económica, con la práctica política, con la ciencia o con la técnica. Es un Don metafísico, algo esencial, una estructura, y una predestinación. (Mann). Es la luz de la aurora, la claridad sensitiva y racional, que indica el camino cuando los pueblos andan en la oscuridad, el caos y la violencia. Es la juventud con preocupaciones intelectuales o culturales, que acompaña a los espíritus despiertos. Por eso, la insolencia del poder se manifiesta cuando quiere solapadamente someter a la juventud bajo el dominio de la civilización, la velocidad y los instrumentos técnicos. Así que, el deslumbramiento no está en las preocupaciones intelectuales, sino en el confort técnico y los beneficios que reportan. Es falta de pulcritud espiritual reducir ese Don metafísico, a ilusiones ópticas o auditivas o, el lucro y al ejercicio del poder.

Es una verdad que atormenta al disciplinador, al autoritario, al déspota, o, los que se ponen la máscara de demócratas, que la joven generación trascienda lo establecido: el Estado y sus instituciones, el presente-ahora, la moral común ordinaria; el ejercicio del poder que implementa la injusticia, la desigualdad, la intolerancia, el odio, el resentimiento, el revanchismo o la voluntad de venganza. Quienes quieren domesticarlos casi siempre se encuentran con lo inesperado. Goethe dijo de la joven generación: ella es embriaguez sin vino. En su acepción más elevada, es, irascibilidad, movimiento ascendente al encuentro del Espíritu y sus juicios. Sí la juventud es la edad romántica por naturaleza. No es el romanticismo que huye de las responsabilidades éticas, sociales o intelectuales y se refugia en paraísos primitivos. ¡No! ¡Mil veces no! ¡De la juventud que hablo es la que siente la espontaneidad de espíritu y la capacidad de asombro! Es la que busca dentro de sí la forma y el contenido de lo que vive. (Mann).

La juventud está adherida a las raíces de lo elemental y divino que mora en ella. En ella se entrecruza el presente-actual y lo primitivo, el origen como fenómeno originario, que da paso a una nueva estructura, a un nuevo arte, y se constituye en el lugar adecuado para la revelación del lenguaje. Para una persona que anda en los caminos del espíritu, en las preocupaciones intelectuales, la juventud misma, es, la revelación de lo sublime, que mora en el hombre. De ello depende la develación de la libertad, de la libertad sustancial, primitiva y divina, que aúna forma y contenido, materia y espíritu. Así que, la juventud ha de participar de una u otra forma, en la vida objetiva del espíritu. Esto es: de la historia y de la existencia, de los aspectos problemáticos de la vida. Es un deber moral, espiritual e intelectivo, que haga parte del devenir histórico de los pueblos.

Sabemos que el sentimiento de la vida se identifica con la consciencia de sí mismo. Con los más altos valores de la existencia y del mundo. No se puede suprimir la forma de la vida que posibilita la existencia espiritual. Ni anular la forma de la vida profunda, con estados de inconciencia que responden a la brutalidad y la barbarie. Así que, la juventud debe tender a la afirmación articulada de los sentimientos propios y a una forma de vida especifica. (Mann). Estos hechos e ideales posibilitan que el mundo reconozca que la juventud tiene un sentimiento especifico de la vida. En esas circunstancias ésta adquiere el status debido a su nombre. Por lo demás, es natural que la juventud y la época de la juventud se comprendan mutuamente. (Mann).

Las autoridades establecidas desean que la juventud acepte y se adapte a la idea de comunidad. Al convencionalismo social, a los prejuicios, a la moral común ordinaria, para moldearlos como hace el alfarero con el barro. Si esto sucede ¿dónde queda la libertad individual, los derechos y el libre albedrio de la joven generación? Entre las posibilidades que le ofrece la vida, la juventud debe manejar responsablemente su libertad. Más allá o más acá, si acierta o yerra. Porque no solo se aprende de los errores sino también de los fracasos y los sufrimientos.

Dejemos que la propia juventud adquiera el sentimiento consciente de la vida. Y la juventud es algo distinto a lo establecido y a la estructura y la función de la sociedad, del Estado y las instituciones. Es la relación inmediata con lo primitivo, con la aventura y la profundidad de la vida personal. Es la capacidad y la voluntad de afrontar y superar lo que la existencia tiene de natural y de demoniaco. (Mann). En esto se asemeja al sentimiento religioso y a los requerimientos espirituales y morales de los hombres en general. Como expresó Alberto Durero: en el sentido de juventud espiritual, de espontaneidad, como fe en la vida, como carrera entre la muerte y la existencia.  

La juventud tiene una forma de vida especifica que se corresponde con su tiempo y su espacio. Sus apetencias espirituales o morales responden a sus ideales, no a lo establecido por el Sistema. Por eso, se identifica con la subversión, ya que rompe con lo establecido y caduco de la sociedad. Sabemos que su autoanálisis, el análisis de su subjetividad destruye lo que la vida tiene de inmediato, de natural y sublime. Pero en relación a su propio ser la juventud contribuye a vigorizar la existencia. Adquiere las herramientas de las experiencias, intelectuales o, reflexivas que le posibilitan orientarse en el mundo y conducir su propia vida.

En todos los pueblos la juventud tiende a afirmar su personalidad, más allá de prejuicios, usos y tradiciones. Por eso, la falta de madurez empuja a la juventud al espíritu que le es propio y propicio, para poder enfrentar los avatares de la existencia cotidiana. Así que, lo inacabado e inmaduro que porta en sí, posibilita desgarrar lo establecido por la familia, la religión, las costumbres o, la autoridad.

En un mundo materialista y hedonista como el actual, ¿qué significa el sentimiento religioso? Es algo distinto de la racionalidad, del mundo dineral o de la técnica, es, quizá la juventud misma, la relación inmediata con lo ignoto, la intrepidez y la profundidad de la vida personal, la voluntad y la capacidad de afrontar y superar lo que la existencia tiene de natural y de demoniaco. (Mann). Esto se convierte en una percepción estética de la realidad, porque la estética es la madre de la ética. Ella contiene lo bueno, lo justo y lo bello de la Humanidad. Es el Humanismo en su expresión trascendente, divina, pero humana. En esta civilización técnica y del espectáculo, se hermana con el arte y la filosofía. Estas disciplinas y la juventud en sí misma, responden a los más profundos requerimientos y esperanzas humanas.

Ser joven significa ser original, permanecer cerca de las fuentes vitales. Capaz de levantarse, orientarse y romper las cadenas de una civilización superada, tener el valor que hace falta, y que otros no tienen, para sumergirse de nuevo en las fuentes de lo elemental. (Mann). En la juventud está latente la rebeldía, la aventura y lo inesperado con respecto a lo establecido. Por eso, el análisis de la joven generación hay que llevarlo a cabo en su cultura. Porque ésta en todas sus acepciones, es la expresión de su cultura.

La juventud porta en si una secreta marca, oscura e ilegible al comienzo de su vida, que en el transcurso del tiempo se va develando en el gusto, el espíritu, la sensibilidad, la llaneza o profundidad de su vida vivida. Pero, casi siempre, las personas del común no se detienen a descifrar la marca. Sino que le dejan el trabajo al Estado, las instituciones, la iglesia, al poder o, ese grupo de hombres que lo ejercen sin contemplaciones. Por eso son incomprendidos por la sociedad, la moral común ordinaria, el Tiempo y sus juicios. Suscita la juventud cierta oposición critica entre él y el mundo, él y la sociedad. Estimula en el joven la obstinación y la ironía contra el orden social y le induce a buscar protección y refugio en la libertad espiritual, en los libros, en las ideas. (Mann).

Así pues, la juventud es mal comprendida por su tiempo, porque busca la iluminación, la elevación, el entusiasmo y la trascendencia; ante lo fugaz de la vida cotidiana y el presente-ahora. Algunos se quedan tirados en la cuneta que son los muchos, ya que salen corriendo detrás del deslumbramiento del poder, las riquezas, el reconocimiento social y, olvidan lo fundamental de la vida, preocuparse por lo noble, lo inefable, lo superior y divino. Tener la sabiduría que el sentido de la existencia está en el interior de todos y cada uno de nosotros.

Somos parte de tiempos aciagos, tiempos de tensión espiritual, de penas y de zozobras, en los que la juventud es la fina sensibilidad que los capta, tal como el sismógrafo con las placas tectónicas. Están dispuestos a lo imprevisto y son una invitación constante a la innovación. Se cree a pie juntillas que los jóvenes al protestar, oponerse o criticar lo establecido, viven en una alucinación de sus sentidos. Pero están completamente equivocados; lo que hacen con sus acciones es, derribar los obstáculos, suprimir las inhibiciones y estorbos que impiden el encuentro consigo mismo, la justicia y la libertad.

Ahora bien, ¿qué hacen en su soledad? Tratan de comprender el mundo y la sociedad que no los entiende; de ahí su ensimismamiento o su carácter interrogativo. Así que, la joven generación se enfrenta a los flageladores del hogar o la sociedad. Es uno de los caminos que le ofrece la vida, para alcanzar la iluminación, la elevación, contra la ignominia y la tiranía. Está expresa en el espíritu, el lenguaje y el pensamiento, de la época que viven.

El mundo y lo objetivo como verdad, niegan lo subjetivo, la aventura interior, lo elemental, como algo sin valor. Por eso, la juventud se opone a la realidad con las armas del presente oportuno y los sentimientos. Porque lo eleva, le aumenta su sensación de energía, de fuerza y dominio propio. (Mann).  Ellos saben que la mentira estimula el odio y se opone a la verdad. A la verdad que tiene como fundamento a la libertad. La juventud no sólo consigue dominar las dificultades paralizadoras de estos tiempos. Sino también el tiempo mismo, la época de la cultura y la cultura de la época.

Porque posibilita la creación de una época venidera donde la verdad y lo justo, la igualdad y la lucha contra el fascismo, el racismo, florezcan como prados en flor. Y ella se apropiará de los instrumentos de la creación y montada en su cabalgadura, absorberá los obstáculos y, en atrevido galope, saltará de un borde a otro los barrancos, y este acto es, mil veces más agradable a la vida que una existencia que arrastra sus pies detrás de las ilusiones ópticas y auditivas de la realidad cotidiana. (Mann). Por eso, ellos saben captar la disolución en la luz de todos los crepúsculos, como el pecador que soporta el tormento y la ignominia como partes de la contrición que lo conduce a los pies del Señor.

La juventud desde la esfera del espíritu y la soledad, responde así a la llamada del Destino, a abrirse paso desde la subjetividad liberadora, y acceder al mundo para desgarrar la red de la soledad y el dolor, que le impiden relacionarse con las cosas y las demás personas. Expresa la libertad de inteligencia, la libertad de pensar, de interpretación elevada de los hechos elementales.

Existen pueblos en que una selecta minoría controla la renta, la riqueza, la tierra, el poder político, la cultura y esto se convierte en un problema en la historia del país. Son pueblos con crecimiento económico, pero con grandes desigualdades e injusticias; porque se eleva el beneficio de las entidades financieras, de las empresas y aumenta la marginación social.

Ahora bien, en una atmósfera turbulenta y caótica en que vivimos, ¿cuál es el papel de la juventud? Desvelar y criticar el sentido oculto de los procesos históricos y de la guerra, la violencia, el hambre, la injusticia y la violación de los derechos humanos, en particular. Frenar con acciones prácticas el avance de la xenofobia, el racismo, el cambio climático y el recorte de las libertades.

Así que, tengamos presente en estos tiempos de nubarrones oscuros sobre la existencia humana y el espíritu, que éste será en su elevada presencia la llama de la vela, que alumbrará en tiempos aciagos y peligrosos para la creación y la acción que dirige y da forma al espíritu. Tengo, por otra parte, el convencimiento de que las osadas empresas del espíritu, las más libres, las que estarán al frente de los acontecimientos humanos provienen de la joven generación y acabarán siempre por ser benéficas para los hombres. (Mann).

Estamos como pueblo, como nación y como hombres de carne y hueso, expuestos a fuerzas que trascienden moral y físicamente los diques de contención que permiten la “Vida” sobre la Tierra. Estamos de hecho expuestos a la ley de la fuerza, la barbarie y la muerte. Parece que en el mundo prevaleciera la incomprensión, la irracionalidad y el odio, a toda empresa humana que posibilite, al juicio de los hombres y de Dios, la permanencia de la “Vida” sobre la Tierra. Por eso, la joven generación es la luz que alumbra en medio de la oscuridad y de las desavenencias humanas del mundo que vivimos. En ella se encarna la libertad, la vida profunda de los pueblos y sus generaciones.

                                                            Madrid – España- a 05/05/2021