sábado, 26 de septiembre de 2020

DEL TOTALITARISMO AL NACIONAL-POPULISMO ACTUAL

 

          

          

              

 Los hombres normales no saben que todo es posible

                                                                      David Rousset

 

Antonio Mercado Flórez. Filósofo y Ensayista

 

Que irónica que es la historia, en la actualidad se repite con algunas de sus variantes. El siglo XX europeo fue sangriento, donde las condiciones materiales, espirituales, ideológicas, posibilitaron regímenes que negaron la libertad, la igualdad, la fraternidad y la convivencia entre los seres humanos. Regímenes como el estalinismo y el nazismo, ponen en marcha la maquinaria de la tortura, del dolor, del sufrimiento y la muerte. Implementaron el Holocausto, las deportaciones a campos de trabajo e internamiento, el genocidio de los armenios, las masacres en Polonia, Yugoslavia, los campos de concentración, que dan cuenta de la realidad que se vivió.

Siempre en la historia de la humanidad hay personas, clases sociales o económicas, que han apoyado el desastre de los pueblos. Eso sucedió en la Unión Soviética estalinista, la Alemania nazi, la Italia de Mussolini o, la España de Franco. Detrás de las circunstancias que posibilitan el desastre existe una selecta minoría que toma las decisiones.  Así que, el siglo XX, se caracteriza por la <<brutalidad>> de la política y de todas las relaciones humanas. En momentos de catástrofes espirituales y materiales, lo importante no es el <<qué>>, sino el <<cómo>>, del odio, del racismo, de la xenofobia, la matanza, de seres humanos y pueblos indefensos.

En la actualidad con el ascenso en Europa, EE UU y Latinoamérica, de gobiernos autoritarios, nacional-populista, el surgimiento de grupos de extrema derecha, racistas, xenófobos; la ideología que implementó los campos de concentración, las matanzas, el paramilitarismo, resurge de sus cenizas como la Lechuza de Minerva. O, en otros términos, siempre ha estado ahí, sólo bastó palpar las partes blandas de las profundidades del sistema y la sociedad, para que aparecieran nuevamente. Sabemos que las democracias parlamentarias no se reducen al modelo económico y político neoliberal, sino que su fundamento está en la libertad. Por eso, hay que cuidarlas ya que son frágiles como un niño recién nacido, y estar vigilantes para que sus enemigos no la destruyan.

En tiempos turbulentos como el nuestro vuelven a la mente el fantasma de la Shoah o, el Gulag y, es necesario que la filosofía política reflexione sobre lo que sucede en la actualidad. Así, tener presente que el mundo espiritual, así como el físico, no es una estructura lineal. Sino que obedece a un devenir discontinuo, contradictorio y multifocal. Hay que subrayar que los argumentos que puedan aducirse para analizar lo que sucede en la actualidad, es un objeto propio de la filosofía. Preguntamos, ¿Por qué es un objeto de análisis filosófico? Porque trata de problemas de principios, que preocupan profundamente a los hombres. Por los que se han desatado la violencia, la guerra, las masacres, las desapariciones forzadas, la discriminación y el racismo.

Aunque existan personas que piensen que los filósofos se preocupan por palabras y abstracciones; y que nada tiene que ver con la vida real, con la vida diaria y preocuparse por eso, y que pensarla hace del hombre un ser sumamente infeliz. Pero existen personas que desean saber por qué viven, cómo están viviendo y por qué deben hacerlo así y no de otra manera. Es un deseo que sienten seres humanos imaginativos, sensibles, inteligentes y pensantes. Como expresó Isaiah Berlin: <<En efecto es argumentar acerca de palabras; pero, claro está, las palabras no son sólo palabras; meras fichas en un juego filológico. Las palabras expresan ideas. El lenguaje se refiere a la experiencia; la expresa y la transforma>>.

Así, la violencia, la guerra, las matanzas, el paramilitarismo, el racismo o, la xenofobia, se convierten para algunas personas en problemas morales; porque caben en el ámbito de la ética. El manejo responsable de la libertad es, el fundamento de la ética; y de esta manera, la estética es la madre de la ética. Antes de la abstracción y del juicio sobre un comportamiento humano; el hombre siente sí es bello o feo, agradable o repugnante. Así, quienes conceden un valor supremo al deber militar, o patriótico, dan importancia a la bandera, la religión, las costumbres, la estructura y el funcionamiento económico y político de la sociedad; sobre los derechos de las personas y la libertad. Pero existen otros seres humanos que creen en los mandamientos absolutos de sus creencias; la voz de la consciencia, las relaciones entre los seres humanos y la libertad de hablar, de pensar o escribir. Un héroe de Dostoievski dijo que, si estaba dispuesto a comprar la felicidad de millones de gentes al precio de la tortura de un niño inocente, diría que no. Este es el objeto de la filosofía plantear problemas políticos y morales al ser humano; y, que el manejo de la libertad posibilite interesarse por lo uno o por lo otro.

Hannah Arendt pensó sobre el totalitarismo y las máscaras que porta en sí. Que entre el totalitarismo de izquierda y de derecha, sólo existen matices que lo diferencian. Arendt reflexionó sobre la restauración de la dignidad de la política como herramienta de resistencia contra la tiranía y la opresión. Pensó que la libertad es un bien humano y que su manejo produce angustia, riesgo y errores. Que el mundo que vivimos se vuelve peligroso e incierto, pero también digno y humano, cuando se maneja responsablemente la libertad.

Viene aquí a propósito una pregunta en el mundo que vivimos, ¿Hasta qué punto es deseable la libertad? ¿Hasta dónde tiene sentido la libertad dentro de la situación histórica y la singularidad que configura? Ahora bien, quién pretende encontrarle unos rasgos llenos de sentido a unos acontecimientos que van asociados con tantos sufrimientos se convierte en piedra de escándalo. (Ernst Jünger). Así que, la libertad viene dada a la vez que lo necesario, y la nueva estructura del mundo no hará acto de presencia hasta que no entre en relación con lo necesario. Lo necesario podrá acercarse a nosotros en la modalidad de la coacción, de la enfermedad, del caos e incluso en la modalidad de la muerte –pero en todo caso desea que lo concibamos como un quehacer. No obstante, sólo los hombres libres pueden hacer autentica historia. La historia es la impronta que el hombre libre da al destino. (Ernst Jünger).

En La condición humana, Arendt divide el quehacer del hombre en tres esferas: la labor, el trabajo y la acción. Que la acción es el único proceso que no se ejerce contra la materia. Porque es el espacio del discurso, ya que su fin no es sólo la comunicación, sino la creación del ámbito político. Así que, la acción es lo verdaderamente humano; porque ahí aflora lo irrepetible de cada individuo. <<Todos somos lo mismo, es decir, humanos, y nadie es igual a cualquier otro que haya vivido, viva o vivirá>>. Considera que cada nacimiento garantiza la diversidad, la pluralidad y la aventura del ser humano. Por eso, el totalitarismo detesta la diversidad, ya que atenta contra la homogenización y la uniformidad del ser humano.

En la época actual el populismo-nacionalista no es un constructo de la moral, que despiertan en la propaganda o las ideas el sentimiento de un pueblo. Para ellos la propaganda se torna efectiva si se plantea en términos políticos, raciales, lingüísticos, económicos o sociales. Trata de despertar los sentimientos oscuros de pertenencia y discriminación del otro; y así de esa manera poder gobernar. Y crean con el engaño y la falsedad, el odio y la discriminación hacía el extranjero; posiciones intolerantes y xenófobas.

El problema del populismo-nacionalista norteamericano o mundial, se está convirtiendo en <<una horrenda realidad, y ello debido a que dicha realidad se presenta bajo la antigua forma de la propaganda nacional>>. (Arendt) La cháchara del populismo o del nacionalismo, sólo sirve para cubrir con un velo oscuro, lo natural de las cosas -al decir de Baudelaire. El odio hacía los extranjeros o a las minorías nacionales empobrecidas, se convierte en sofisma para encubrir las necesidades materiales, psicológicas, sociales y económicas y culturales de sus pueblos.

<<La propaganda ha perdido gran parte de su poder sugestivo, ha adquirido una nueva función. Se ha convertido en una forma de guerra política, que se usa con el objetivo de preparar a la opinión pública para ciertos pasos políticos>>. (Jünger). Difundir la propaganda, las ideas, la ideología, como muletillas para la discriminación, el odio, la mentira, <<tiene el efecto de enmascarar las cuestiones políticas actuales>>: el hambre, el desempleo, la precariedad laboral, la privatización de la saludad y la educación, la concentración de la riqueza, la desigualdad, los desahucios, la falta de oportunidades; y así posibilitar una sociedad embrutecida y manipulada por los medios de comunicación de masas, Internet y las redes sociales.

Estamos asistiendo a una balcanización de los contenidos de las experiencias, de la lengua y del espíritu, de los pueblos. Porque la mentira según Kafka: <<Se convierte en principio universal>>. Por eso, es necesario desvelar las mentiras del poder y las instituciones, que opacan la realidad de los pueblos del mundo. Al identificar al extranjero con los males nacionales, se engaña a la gente y se le hace creer que simboliza la pobreza, el desempleo, la inseguridad, la falta de oportunidades, y esto es una flagrante mentira. De este modo, se hace posible cerrar los ojos ante la crisis europea, que en modo alguno se ha superado con las políticas neoliberales y de recortes, de austeridad, que se imponen desde Bruselas. ¿Saben por qué? Porque la crisis europea es estructural. Sí por el populismo y el nacionalismo fuera, practicaran el juego de la política basada en la fuerza, el miedo, el dolor y la muerte.

El surgimiento en Europa de movimientos políticos de extrema derecha, populistas y nacionalistas, posibilitan dibujar <<ciertas tendencias que apuntan hacia el fascismo, y ciertas clases sociales que son más fácilmente seducidas y engañadas por él –pero todas estas tendencias y clases tienen que sufrir un cambio en sus funciones sociales básicas antes que los grupos de extrema derecha puedan hacer uso efectivo de ellas>>. (Arendt). Sólo la incomprensión de las realidades políticas y sociales posibilita que estas personas populistas y de extrema derecha, asuman responsabilidades históricas nacionales o paneuropeas. En el fondo buscan minar la democracia y sus instituciones, negar la libertad y la pluralidad de razas, religión, lenguas, de opiniones o de ideas de los ciudadanos. De ahí que el nacionalismo sea la antesala de la ruptura de toda tradición cultural, espiritual y el basamento político e ideológico, del neofascismo europeo y mundial.

 

 

 

 

 

lunes, 21 de septiembre de 2020

EL MISTERIO DEL SER EN EL MUNDO ACTUAL

                               

 

             <<Cuando uno no vive como piensa, acaba pensando como vive>>

                                                                       Gabriel Marcel

 

                                                                Con respeto a mi amigo:

                                                                 Edgar Bonett Villareal.

                                                         

Antonio Mercado Flórez -Filósofo y Ensayista-.

 

Es una verdad que nuestro mundo se organiza contra la experiencia y la reflexión, se le opone en la medida que lo técnico y los técnicos, se presentan como autónomos y se apartan de los fines del pensar. El mundo eso que llamamos mundo, pareciera que el espíritu que late dentro de él ha dejado de alumbrar a la naturaleza, al pensar y el lenguaje. Pero, ante todo, a la visión estética de la realidad. Pareciera que el mundo de los hombres viviera en oscuridad y que las cosas que lo componen, aparentemente, nada cambia. Esto muestra que la unidad del mundo una vez accesible a todos los hombres, se desintegra para dar paso a lo efímero de la existencia. Quizás la visión que tenemos de las cosas o, de la vida, esté gestando otra más alta y profunda, que se llame consciencia planetaria.

Vivimos en un mundo en guerra consigo mismo, y ese estado de guerra ha ido tan lejos que amenaza terminar en algo que es imposible no considerar como un verdadero suicidio, que hasta ahora se presentaba solamente como una posibilidad individual –que parecía inseparable de la condición individual-, aparece hoy ligado a la condición del mundo humano en su totalidad. Por cierto, que algunos se inclinarán a considerar que esta nueva posibilidad es el precio de un sorprendente progreso. (Marcel).

Tenemos el derecho de pensar que la unidad estructural y espiritual que hace posible la destrucción de nuestro mundo, no puede menos que ser mala, y no es difícil en descubrir en que consiste su maldad. Está ligada a la existencia de una voluntad de poder que se presenta bajo aspectos inconciliables que afectan caracteres ideológicos opuestos. (Marcel). Sabemos que el ser se oculta detrás de la voluntad de poder, del saber y del amor. Metafóricamente hablando el querer insaciable de la voluntad de poder, es como el de la loba que está a las puertas del Infierno de La divina comedia de Dante.

Preguntamos, ¿Es la voluntad de poder que amenaza la destrucción del mundo, algo contingente o intrínseco a la naturaleza de vivir? A fin de cuentas, la voluntad de poder triunfa siempre y concluye en la guerra. Una voluntad de querer más de lo que contiene, y esta se expresa en la historia como voluntad de guerra. Existe otra posibilidad que no debe pasar en silencio y es la de un mundo mecanizado, en que la técnica como instrumento de poder somete y determina la vida del hombre. Este ámbito es un mundo desapasionado, en que el esclavo dejará de sentirse esclavo –y quizá de sentirse cualquier cosa-, donde los amos lleguen a ser perfectamente insensibles, y no sintieran ni siquiera la codicia o la ambición, resortes actuales de toda conquista. (Marcel).

Hay que señalar que, con el primado de la técnica sobre la naturaleza y el mundo humano, el automatismo prevalece sobre la vida interior del ser humano. En el mundo actual hay sectores en que el automatismo se aplica no solamente a ciertas técnicas determinadas, sino también a lo que antes se llamaba vida interior, y que ahora viene a convertirse en la vida más exteriorizada posible. (Marcel). Esta transformación en la contemporaneidad conduce a la crisis de la condición humana: el amor, la solidaridad, la fraternidad, el respeto hacia el otro, la vida activa y contemplativa del ser humano, etc.

En un mundo destrozado como el actual, el espíritu difícilmente puede sustraerse al vértigo de un dinamismo absoluto, en el sentido de que no tiende hacia nada que lo domine, sino más bien esencialmente un escape puro e inasible. (Marcel). En un mundo destruido por el progreso que deja tras de sí ruinas sobre ruinas, el espíritu entra en una especie de vértigo; en el sentido que no tiende a nada que lo domine. La alternativa es el escape de la experiencia y de los movimientos del pensar. Al caer el espíritu en el vértigo el mundo parece que no cambia, pero se ha roto el hilo de la tradición de la cultura que da sentido a la realidad y a la existencia. Como el Ángel de la historia de Walter Benjamín, que al mirar hacia atrás ve sólo un montón ruinas que el progreso deja tras de sí.

En la época que vivimos cada vez más colectivizado y abstracto, toda comunidad real parece inconcebible. Los procesos de atomización y de colectivización, lejos de excluirse, como podría pensar una lógica superficial, marchan paralelamente y no son más que dos aspectos inseparables de una misma desvitalización. (Marcel). En el mundo que vivimos –según Heidegger-, la técnica moderna no es una “herramienta” no tiene que ver con las herramientas. Hasta ahora no hemos encontrado una manera de responder a la esencia de la técnica. En el mundo técnico “todo está funcionando” y el “funcionamiento impulsa a un funcionamiento mayor”. En su defecto, la técnica desaloja cada vez más al hombre y lo desarraiga de la tierra.

El hombre de la civilización técnica, el hombre del movimiento y de los fenómenos históricos ha entregado la naturaleza que lo constituye, a las abstracciones, a las funciones y divisiones del trabajo. Desarraigado de la tierra y del mundo ha de tomar sus criterios de su esencia inmóvil y sobre temporal, la cual se pone de manifiesto y se modifica en la historia. (Jünger). De lo contrario, caerá en el hoyo profundo y oscuro de la esencia de la técnica que lo trasciende y no domina por su propio poder. Por eso, lo importante es reflexionar sobre el ser, como crítica de la cultura contemporánea dominada por él como técnica.

La misma idea podía expresarse diciendo que la intimidad es cada vez más irrealizable que, por otra parte, está desacreditada. (Marcel). La vida privada en este mundo de masas y de alto desarrollo técnico, está subordinada a la esfera pública. La socialización de la vida humana arremete contra la vida privada o intima de las personas. Ya que está condicionada por la esfera social, política o cultural, que determina la sociedad. El individuo hace parte de un dinamismo que determina cierta totalidad, lejana y omnipresente, que condiciona la vida individual.

Además, los poderes actuales desnudan la vida del ser humano y puede ser vigilada, disciplinada y controlada, a gran distancia. El Estado, el Sistema, la estructura social, la selecta minoría, que en algunos casos se convierte en tiranía se comparte en comunidad. El “entre” del que nos habla Arendt, se diluye en las instituciones y las relaciones de poder.

Cierta alianza entre las técnicas científicas y el Estado total determinan la vida de los seres humanos. Pero podemos observar que existe algo en el hombre que se revela contra estas técnicas de dominio y control. No podemos olvidar que, existe en el hombre un grado psíquico, espiritual y sensible, que el ejercicio del poder es incapaz de disolver. Esto da autoridad moral y espiritual para pensar que el mundo que vivimos, es un mundo destrozado. Los portillos que la historia deja tras de sí están manchados de sangre, de odio, de mentira, de dolor o sufrimiento. Ahora les toca a los pensadores arreglar los portillos de la historia, para que la vida del ser humano adquiera el valor debido a su nombre.

El lenguaje se ha vaciado de los contenidos espirituales y del sentido de las palabras. Palabras como <libertad>, <democracia>, <igualdad>, <persona>, <derechos>, <dignidad>, se toman como slogan y muletillas para justificar las desigualdades, las injusticias y el autoritarismo. Las palabras se han vaciado de sus contenidos para que respondan al Gran Poder y los fines que se proponga. Por eso, entre palabra y realidad se ha dado una separación que no responde a las apetencias humanas. Así, que, las palabras y las imágenes trasmiten desconfianza y miedo, en el mundo que vivimos. Los movimientos del pensar, la poesía o el arte, se hacen más indispensables para que desvelen la oscuridad de las cosas, lo político o, lo social.

El mundo trata de rechazar la relación que existe entre la imaginación, el lenguaje y la reflexión, ya que desconoce la íntima relación existente entre ellos. La filosofía en nuestro caso, debe preocuparse por los acontecimientos porque su papel es, desentrañar los enigmas o las preguntas sobre la vida y el mundo. Dar testimonio desde el pensar de lo que ocurre en la actualidad y dotar al ser humano de un conjunto elásticos de sistemas de pensamientos que le confiere la intuición, la experiencia, la vivencia y el pensar, del mundo del cual es expresión. El hecho de no querer reflexionar en la actualidad, obedece no sólo a la falta de educación, de cultura, sino ante todo de imaginación y sensibilidad que posibiliten la <pregunta>. O, en otros términos, la pregunta sobre lo fundamental de la existencia.

El temor, el deseo y la vanidad, son tres esferas de la vida humana que no posibilitan el pensar. Paralizan los movimientos del espíritu y la imaginación, que permiten romper las murallas del presente. En la actualidad es indispensable pensar el ser, la esencia del hombre desde el umbral del lenguaje. Porque el ser se esconde detrás de la voluntad de poder y ésta no es otra que, la voluntad de dominio y control del ser humano. Por eso, el pensar no debe perderse en la idea de la naturaleza y de la vida, considerada como puro dinamismo. Sino cortar las amarras de las abstracciones y las relaciones artificiales, para que el pensar futuro dignifique y libere la existencia del hombre sobre la tierra.