A todos aquellos que buscan la verdad a través de la libertad.
Antonio Mercado Flórez
El periodismo en la actualidad tiene un problema fundamental, se concentra en acontecimientos particulares más que en las tendencias. Estas reúnen una cantidad de acontecimientos que hay que mirar en perspectiva. De esa manera podemos analizar, sintetizar, criticar y alcanzar la verdad. El problema esencial del periodismo en la actualidad es el de la verdad. Porque somos parte de un mundo donde prevalece la mentira, el odio y la servidumbre. Dice Kafka: <<La mentira se convierte en principio universal>>.
Es imperativo del periodismo desvelar las mentiras del poder, de las instituciones y de la sociedad. Todos estamos destinados a llevar a cabo una tarea en el mundo. Al periodista responsable y comprometido con el devenir histórico, solo le interesa la verdad, una verdad que se ha convertido en el ingrediente activo en toda la estructura de la vida y el mundo: la catástrofe internacional del desempleo, la catástrofe de la guerra, de la violencia sistemática y planificada por poderes ocultos, la catástrofe de matarnos los unos a los otros, por el solo hecho de pensar, hablar o actuar, diferentes. De ahí que seamos unos damnificados por una catástrofe extrema ya sea causada por el hombre o la naturaleza. Ahora, la vida humana no puede ser indiferente ante aquellos que tienen una gran capacidad de destrucción. Sabemos por los hechos históricos que el ser humano vive ante esos poderes enormes de destrucción, las experiencias más terribles de desamparo y soledad.
De ahí que sea uno de los pilares fundamentales de
la democracia, la libertad, la justicia y la búsqueda de la verdad. Es
una viva imagen del consenso, la libertad de expresión, de pensar, de escribir
y de convivencia. Además, lucha desde la palabra para desgarrar la máscara
del odio, la intolerancia, el autoritarismo, el tribalismo, el populismo, la
servidumbre y posibilita en la consciencia colectiva, la búsqueda de la verdad
sobre la falsedad, la verdad sobre la mentira, la verdad sobre la manipulación. Por eso se preocupa por el asesinato, la destrucción, la decadencia que se expresan en ámbitos históricos determinados. Bien representado en el escenario de la sociedad por actores insignificantes (en la política, la economía o social) y hechos significativos que los trascienden.
Así pues, el periodismo se convierte en guardián de la democracia, la convivencia, la justicia y el respeto a los derechos humanos. Por eso tiene que luchar contra las visiones
distorsionadas del mundo y de la vida. Es obligación del periodista decir la
verdad cuando intenta liberarnos de la mentira, la ilusión y la opinión. Además, no puede justificar las mentiras y las transgresiones en contra del individuo y la sociedad, si se pone en jugo la estabilidad y la supervivencia del Estado, las instituciones y
la democracia.
El periodista no debe ser indiferente a la realidad y a la historia, porque debe trabajar artesanalmente las formas tradicionales y los hechos actuales, para testificar sobre el miedo y el silencio que como una bruma oscura cubren las aldeas, pueblos y ciudades. Exponer que ese es el mismo silencio de los que observan impasibles a una anciana que pasa hambre, y que el silencio de los pájaros es el mismo silencio con el que la gente observa cómo es asesinado aquel que no quiso quedarse callado.
El periodista no debe ser indiferente a la realidad y a la historia, porque debe trabajar artesanalmente las formas tradicionales y los hechos actuales, para testificar sobre el miedo y el silencio que como una bruma oscura cubren las aldeas, pueblos y ciudades. Exponer que ese es el mismo silencio de los que observan impasibles a una anciana que pasa hambre, y que el silencio de los pájaros es el mismo silencio con el que la gente observa cómo es asesinado aquel que no quiso quedarse callado.
En una sociedad libre y democrática, no hay motivos para
considerar que la verdad y quienes la dicen, estén en contra de la política, de los políticos, del poder económico e institucional. Todo lo contrario,
discernir y debatir los problemas de una sociedad enriquece la democracia y
posibilita que se ahonde en la libertad. En la esfera del periodismo, la
democracia es la única que permite pensar libremente y preparar una sociedad
mejor.
Sabemos que toda la verdad no es bienvenida a todos los hombres. Hay
verdades que escuecen e interrogan la ambición, el beneficio o la pasión del
hombre. El periodismo debe estar alerta para que el poder político y económico,
no inflija la verdad, tergiverse los hechos y los acontecimientos. Porque estos
constituyen la textura misma de la esfera política, y es evidente que lo que
más le interesa, es la verdad factual. La verdad de los hechos se
verifica siguiendo reglas compartidas para sacar a la esfera pública lo que los
poderosos ocultan a la sociedad.
Además, el periodismo desde el punto de vista político se interesa
por las verdades de hecho y la falsedad deliberada, la mentira llana o la
organizada tal como la conocemos hoy en día. Porque desempeña su papel sólo en
la esfera de las afirmaciones de hecho. De ahí que la mentira organizada cuyo
terreno es la esfera pública, no sólo debilita la democracia, las instituciones
y la libertad, sino que atenta contra la estructura y el funcionamiento de la
sociedad.
En este orden, la mentira se convierte en un arma adecuada contra
la verdad. Sea como fuere, el conflicto entre verdad y política está entre los
prerrequisitos esenciales de todo poder. De ahí que la política y el Gobierno
en la actualidad descansen en la opinión y no en los hechos que se pueden
verificar o comprobar. En la esfera pública de la política la riqueza de la
diversidad del discurso y del pensamiento, es más importante que la
Verdad única. Las consideraciones de esta clase –dice Arendt- juegan un papel
decisivo en la lucha por la libertad de pensamiento para la palabra hablada e
impresa. Al decir de Immanuel Kant: <<El poder externo que priva al
hombre de la libertad para comunicar sus pensamientos en público lo priva
asimismo de su libertad para pensar>>.
Es deber ético del periodismo denunciar los que atentan contra la libertad de pensamiento, se <actuar> y <decir>. Y, en la esfera pública de la sociedad facilitar que comuniquemos nuestros pensamientos tal como los otros hacen los suyos. El conflicto entre
la verdad y la política se evidencia en que, si la verdad se opone a los
intereses, el provecho, del partido o
movimiento, es recibido con hostilidad. Dice Arendt: <<Lo que parece aún más
inquietante es que las verdades factuales incomodas, si bien
se toleran en los países libres, son a menudo transformadas, de forma
consciente o inconsciente, en opiniones>>. Porque lo que está <<en
juego aquí es la propia realidad política y objetiva, y este sin duda es un
problema político de primer orden>>.
Por eso, la naturaleza de la esfera
política no es negar o tergiversar cualquier clase de verdad, sino colaborar para desenmascar la
corrupción, la mentira organizada y deliberada, que cuestionen al Gobierno, el
partido o el movimiento. Y esto es sumamente grave en un Estado democrático
Social de Derecho sino se hace. Por eso vislumbrar la verdad en medio del caos y la oscuridad de la vida que vivimos, significa luchar contra la mentira, el odio, la hipocresía y la pobreza; además contra la violencia sin sentido y la ridícula amabilidad de los individuos, que miran hacía otro lado ante el derramamiento de sangre inocente, el desempleo, el racismo, el hambre, el sufrimiento y la muerte, que imponen los poderes actuales.
Ahora bien, la libertad periodística es una farsa si no se
garantiza la información objetiva y, si no se aceptan los hechos mismos. Por
eso, la verdad periodística es considerada en el terreno de lo público como una
actitud anti-política. Esto es falso, lo que busca el periodismo de
investigación, de reflexión o de análisis, es develar la verdad por el bien de
la esfera social, la política y las instituciones. Se trata de robustecer las
instituciones, en bien de la democracia, la libertad, la igualdad, el honor, el
valor y la justicia social. En el mundo actual tener la convicción de que las experiencias y conclusiones de los hombres del siglo XX y principios del XXI, son prácticamente las mismas sin importar el lugar del que provengan, de que <toda criatura precisa la ayuda de todos> y de que este tomar prestado es una de las disposiciones necesarias para <preparar el terreno para la afabilidad> hasta que <el hombre sea un aliado para el hombre>.
Sabemos que el periodismo y, la noticia en particular, está dirigida a informar a los sujetos receptores, determinando su interés, que a suministrar elementos para la conducción en la vida o la orientación en el mundo. Desde un punto vista temporal, la noticia no es otra cosa que su actualidad: efímera en sí misma, se sostiene sobre el sistema general de la información, lo único que es propiamente constante. Se trata que ese sistema devele la verdad de la noticia, para que el receptor pueda llevar a cabo un percepción de los hechos, un análisis y una reflexión, objetiva y critica sobre lo que acontece. No se trata de manipular la información para justificar la violencia, la guerra, el odio, la injusticia, en nombre de los poderosos. Todo eso es cierto: pero también lo es que todos esos horrores no son capaces de borrar el asombro auténtico y maravilloso del ser humano.
Sabemos que el periodismo y, la noticia en particular, está dirigida a informar a los sujetos receptores, determinando su interés, que a suministrar elementos para la conducción en la vida o la orientación en el mundo. Desde un punto vista temporal, la noticia no es otra cosa que su actualidad: efímera en sí misma, se sostiene sobre el sistema general de la información, lo único que es propiamente constante. Se trata que ese sistema devele la verdad de la noticia, para que el receptor pueda llevar a cabo un percepción de los hechos, un análisis y una reflexión, objetiva y critica sobre lo que acontece. No se trata de manipular la información para justificar la violencia, la guerra, el odio, la injusticia, en nombre de los poderosos. Todo eso es cierto: pero también lo es que todos esos horrores no son capaces de borrar el asombro auténtico y maravilloso del ser humano.
Dice Arendt: <<Lo que define la verdad factual es que su opuesto no es el error, la ilusión ni la opinión, sino la falsedad deliberada o la mentira>>. Somos parte de una época donde la mentira organizada y deliberada en el ámbito político, atenta contra la verdad factual o de hechos, que es la que maneja el periodismo responsable y objetivo. La política no puede convertirse en un castillo donde los seres humanos no puedan acceder con la palabra, el pensamiento y la verdad. El periodista ha de tomar la actitud de K, en El castillo, ser el enviado de la libertad y de la verdad, y que parece haber llegado a la política para romper el silencio, el miedo, la mentira y acceder al castillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario