<<Nexus>>
De las redes de comunicación a la Inteligencia Artificial Yuval Noah Harari
Madrid-España a 30/01/2025
Palabras clave: IA, redes de información y de
comunicación, confianza, cooperación, historias compartidas, estructuras de
poder y sistemas de creencias, peligro, algoritmos.
Yuval Noah Harari es un filósofo e historiador judío, que en 2014 escribió un texto que tituló: Sapiens: De animales a dioses. Ahora escribe otro que denomina: Nexus: Una breve historia de las redes de información desde la Edad de Piedra hasta la IA. Donde analiza la evolución de las redes de comunicación humana y, que, la IA trascienda las posibilidades del ser humano. Aquí reflexiona sobre la primacía del intercambio de información sobre otras formas de la economía de la existencia. Dice que la narración y la cooperación han permitido al hombre estar por delante de otras especies que evolucionan a la par de nosotros. Pero el poder radica en la cooperación.
Porque
existen redes de cooperación económicas, sociales, técnicas, religiosas o
culturales, que le dan un poder enorme al ser humano y están basadas en la
confianza. Afirma que la confianza entre extraños proviene de las “historias”.
De historias compartidas que se han ido tejiendo a través de los años,
expresadas en los mitos, las fabulas, los ritos, las artes, la música, las
ficciones literarias, las poesías, las lenguas y las esferas de la cultura en
general. Que dan identidad y razón de ser a las comunidades, los pueblos y
naciones.
“La
confianza se forja contando historias en las que cree mucha gente”. Historias
que se perciben y se viven, por ejemplo, en la mitología de las religiones.
“Pero también ocurre con la economía y el sistema financiero porque ningún
relato ha tenido jamás tanto éxito como la historia del dinero. Historia en la
que cree todo el mundo.” –dice Harari-. Así que, siendo el dinero un artificio
cultural, es un cuento, un invento, porque no tiene valor objetivo. “La premisa
fundamental es que todos creemos en la misma narrativa sobre el dinero; si
dejamos de creer, todo se viene abajo. Esto ha ocurrido a lo largo de la
historia, y sucede hoy con los nuevos tipos de monedas. ¿Qué son los bitcoin,
la red Ethereum y todas las criptomonedas? Son narraciones”. Que conectan la
confianza, la cooperación y las historias, para dar realidad a las narraciones.
En
Nexus expone que estamos en una época
de tránsito, de la economía del dinero al intercambio de información. ¿Qué
suministran las Plataformas Digitales a sus usuarios? Información. Lo que
suministra y recibe el ser humano, es información. Por tanto, “el poder, la
riqueza y el significado de la riqueza pasan de tener mucho dinero a tener
muchos petabytes de información”. En la actualidad las grandes empresas y el
poder que representan en la sociedad, está determinado por la cantidad de
información acumulada. Ellas obtienen lo que desean a cambio de información. O,
en otros términos, la información nos sirve para comprar bienes y servicios.
En
Nexus plantea que las estructuras de poder y los sistemas de creencias, surgen de
narraciones a lo largo de la evolución, la historia humana y la
contextualización con la tecnología actual. De ahí existe una diferencia entre
la información y la verdad. La verdad tiene que ver con hechos, con variables
que cotejen los fenómenos y las teorías. La verdad es la representación exacta
de la realidad y su búsqueda es un proyecto universal e imposible. Pero, a la
vez piensa que, la representación exacta de la realidad es imposible, porque
conviven representaciones objetivas y subjetivas de la realidad. Se trata de un
proceso de aproximación y que unas verdades sean más verídicas que otras. Esta
necesita tiempo, esfuerzo y dinero, para obtenerla. La información, en cambio,
es la pieza básica de la realidad. La información no representa nada; sólo es
un nexus, un elemento de unión, la manera de construir un relato que conecta a
muchas personas. Ésta crea realidades paralelas, es decir, conecta entre sí
cosas dispares. De ahí que el rasgo que la define es la conexión; más no, la
representación.
Harari
dice que la primera tecnología de información fue el relato y, además era oral.
Que posibilita coordinar nuestras acciones y actuar de manera colectiva.
Identifica tres niveles de realidad en las conexiones humanas: las objetivas, las subjetivas y las intersubjetivas.
Dice que las conexiones intersubjetivas sirven como pilares fundamentales en
las organizaciones humanas como son: las leyes, los dioses, las naciones, el
dinero. etc. Que sólo existen en las redes de información y no tienen
significado alguno fuera de las redes. De ahí que haga una crítica al marxismo,
que desdeña los relatos intersubjetivos como ficciones deliberadas; frente a
una realidad objetiva que era la base económica.
Así,
la ficción como elemento de
articulación social tiene ventaja sobre la verdad, es más simple y maleable,
para que la persona la abrace y la acoja. En este orden, los relatos cumplen
una doble función; de una parte, son una versión consensuada de la verdad
artificial y, de otra, son generadores de orden social. Pero este orden no es
absoluto e impenetrable, porque alguien puede criticarlo y desarmarlo. De ahí
puede provenir la desinformación, la mentira, el caos, el odio, la violencia o
la guerra; porque el orden social, no responde a las apetencias humanas:
materiales, espirituales, morales, éticas, políticas o, culturales.
La
siguiente tecnología que desarrollan los seres humanos son los textos escritos, que no sólo dan continuidad a las narraciones
orales, sino también a la burocracia estatal basada en registros y listados.
Harari dice que la mitología y la burocracia estatal son los pilares fundamentales
de toda sociedad humana. Y la IA es la tecnología ideal para la gestión de
ambos. De allí su enorme peligro.
Del
tránsito del logos natural al logos del artificio y digital, la
palabra situada en su parte material, es decir, en un dispositivo técnico, la
IA es la tecnología más poderos creada por el hombre a través de la historia de
la humanidad. Dice Harari: “La IA es más poderosa que la imprenta, que la bomba
atómica y que cualquier otra invención. Es la primera tecnología de la historia
que puede tomar decisiones y crear nuevas ideas por sí misma. Una bomba atómica
no puede decir donde detonar; la IA, sí. Puede tomar decisiones financieras e
inventar instrumentos financieros sola, y la IA que conocemos hoy, es apenas la
forma rudimentaria de esta revolución”.
Cree
que la vanguardia de esta revolución tecnológica está en pocos países. La gran
mayoría de países están a la saga y se está dando un calco con la Revolución
Industrial del siglo XIX, pero a la enésima potencia. En el siglo XIX, sólo
unos pocos países- Gran Bretaña, Estados Unidos, Japón y Rusia-, tomaron la
delantera en la industrialización; la mayoría de los demás no entendía que
estaba ocurriendo con cosas como el motor a vapor y el telégrafo. Pero en pocos
espacios de tiempo el mundo estaba conquistado o dominado por estas pocas
potencias industriales.
En
nuestra época la IA, trasciende lo alcanzado en el siglo XIX y XX, porque
abarca todas las variables de la experiencia y el conocimiento humano. El
fuerte está que cae y sí es conquistada cada una de sus ciudadelas; es decir,
si el cerebro es tomado en su totalidad por la IA y, los poderes tecnológicos y
digitales que la dominan determinen la vida, la naturaleza, el mundo y su
realidad, la humanidad como especie estará en peligro de extinción.
La
revolución de la IA no es un fenómeno cualquiera, porque está alterando la
esencia del ser humano. Su naturaleza ontológica, epistemológica y metafísica,
que heredamos de la evolución de la especie y de la historia universal. Es
decir, las esferas de la ética y la moral, de las lenguas y las artes, la
música y la religión, la cultura y la trascendencia, no serán las mismas. Así
que, esta alteración sintáctico-morfológica, lingüística y biológica, del saber
y el conocimiento, de la experiencia y las prácticas sociales, cambian los “universales históricos” tal como nos
dijo George Steiner.
Este
período de cambios profundos generados por la tecnología y, en particular, por
la IA, repercuten en “el estado transitorio e inestable del tiempo y la
identidad personal, del yo y la muerte física, influirán en la condición y las
posibilidades del lenguaje”. Atravesamos un período de cambios profundos
creados por la influencia de las tecnologías en la vida de los seres humanos.
Que no sólo están modificando las estructuras sintácticas de la percepción,
sino, ante todo, las formas de comunicación. Que vivimos y se expresan en los
medios electrónicos de comunicación inmediata y simultánea o las redes
sociales: Facebook, X, Instagram, WhatsApp, etc. Esto es grave porque la mente,
los sentimientos o reflexiones del pensar, son sintácticos y morfológicos, que
responden a las estructuras de las lenguas naturales.
Preguntamos
¿si el lenguaje pierde algo de su energía propiciado por los lenguajes
digitales, las imágenes en movimiento y la IA, los hombres se volverían menos
humano? Esto significaría una catástrofe cósmica, una tragedia trascendental
para el sentido de humanidad, el tejido de la existencia individual y del
lenguaje natural. En este orden los que ejercen el Poder Mundial y las
Corporaciones Digitales, desconocen que existe un espacio del “Yo” como
misterio de la vida y la muerte, que es irreductible a las máquinas, la
velocidad, los lenguajes digitales, la robótica y la IA.
Las
políticas de las Plataformas Digitales, pretenden reducir al máximo el refugio
de la identidad, el lenguaje natural, las reflexiones del pensar, la capacidad
de asombro, de imaginar y creación, y, de otra parte, destruir el Estado de Derecho, la Democracia parlamentaria, la libertad
individual, la libertad de expresión, el periodismo crítico y reflexivo, que
suplante por lo que Silicón Valey
llama: la aplicación del algoritmo NRx.
Que está dirigida a sustituir la voluntad popular en nombre de la
tecno-autocracia basada en la eficiencia, como criterio de legitimación. Que la
alianza entre empresas tecnológicas y los gobiernos sustituyan la voluntad
democrática y libertaria.
Sabemos
que las decisiones democráticas están basadas en las historias que se escuchan
y, ¿qué sucede cuando las historias no provienen de un ser humano, sino de una
máquina? “Se produce un cataclismo. Las sociedades humanas están basadas en la
confianza, y la confianza está basada en la información y la comunicación; un
cambio profundo en la tecnología de la comunicación sacude la confianza entre
las personas. La consecuencia es un terremoto político y social. Con la llegada
de la IA, por primera vez las historias que sustentan las sociedades humanas
son fruto de una inteligencia no humana” –al decir de Harari.
Como
se indicó que, sí los “universales
históricos” cambian, por ejemplo, el concepto del devenir del tiempo, los
elementos objetivos y subjetivos que estructuran la personalidad y la identidad
humana se transforman, el concepto del Yo físico y de la muerte, cambian; se
modifican las formas y los medios de información y comunicación. Son niveles de
transformación, que inciden en el lenguaje natural. Los medios electrónicos de
información y comunicación, inciden en la confianza entre las personas y la que
tiene la sociedad de sí misma y de las instituciones políticas. Del Estado y
sus instituciones democráticas, jurídicas, económicas, financieras, religiosas,
militares, policivas, educativas, culturales, éticas o morales, entre otras.
Así
que, en pocos espacios de tiempo vamos a ver instrumentos económicos,
financieros, sociales, políticos o culturales, que no provienen de la
imaginación y la creación humana. Sino de la IA. En este orden, ¿qué riesgo se
corre en las narrativas de la información y la comunicación que han servido de
base para la estabilidad y el desarrollo de las sociedades humanas? ¿qué
función tendrían las redes de cooperación que se basan en la confianza y las
“historias” compartidas? El problema surge cuando los instrumentos técnicos basados
en la IA, el ser humano no sea capaz de comprenderlos y regularlos.
Si
esto llega a suceder se convierte en un peligro enorme al descontrolarse y ser
autosuficiente en las tomas de decisiones y la creación de nuevas ideas. Los
científicos están convencidos que, las capacidades de los modelos de lenguaje
como la IA detrás de aplicaciones Chat GPT, pueden crear replicas separadas y
funcionales de sí mismas de forma autónoma. Preguntamos, ¿dónde reside el
peligro de la IA en la actualidad o, en un futuro próximo? Que llegue a
desarrollar un cierto grado de autoconsciencia y autonomía. Ser consciente de
sí y para sí y tomar decisiones sin intervención humana. En otras palabras,
que, la IA pueda tener capacidad de superar la inteligencia humana y de revelarse
contra los hombres. Según un estudio de la Universidad de Fundan, en Shanghái
(China), ya es posible con los modelos de lenguajes actuales. Dicen que:
“El modelo de autorreplicación sin
ayuda humana es el paso esencial para que la IA sea más inteligente, que la
humana. Y, es una señal temprana de la existencia de IAs rebeldes. En la
mayoría de los casos, el sistema de IA explora primero el entorno e intenta
comprender su propia composición y mecanismos de funcionamiento. A
continuación, elabora los procedimientos explícitos como plan inicial hacia la
auto replicación. Por último, ejecuta los procedimientos, resuelve posibles
obstáculos y ajusta dinámicamente su plan hasta el éxito. Todo el proceso
abarca un largo horizonte, pero sin intervención humana”.
Así que, los científicos hacen un llamado a la
comunidad internacional y a los Estados, para comprender y evaluar los riesgos
potenciales de la IA, en la actualidad.
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