La Joven Generación
en la Civilización de la Inteligencia Artificial
Madrid-España a 09/07/2025
Antonio Mercado Flórez. Filósofo y Pensador.
Somos parte de una época donde prevalece la Cultura del artificio: los medios de
comunicación de masas, las imágenes “pictóricas” en movimiento, las redes
sociales y la IA. Que estructuran y ponen en funcionamiento la civilización
abstracta y automática, veloz y efímera, determinada por los instrumentos
técnicos. En un momento disruptivo en la vida de los seres humanos, primero fue
Internet y la globalización de la conectividad y, ahora estamos en un punto de
inflexión con la irrupción de la IA, en todos los ámbitos de la vida humana.
Lo importante en la actualidad es captar, comprender
y analizar, como los gigantes tecnológicos se convierten en actores políticos.
Vivimos un periodo de transito donde la IA, la ciberseguridad, el ciberataque,
el ciberespionaje, determinan la Gobernanza Mundial, la economía, las finanzas
nacionales e internacionales, la industria militar, farmacéutica, etc. Una
época en la que, la Cultura del artificio
condiciona la vida privada y pública de las personas.
Somos
parte de una época donde la verdad, la posverdad, la privacidad, la
ciberguerra, las guerras hibridas y las guerras en cuanto tal, están alterando
la naturaleza humana, la convivencia social, la paz, el Estado de Derecho, las
instituciones, el ejercicio del poder y la geopolítica, a nivel internacional.
De ahí que el poder, la privacidad, el poder de la información, los relatos
políticos, los acontecimientos, el Derecho Internacional y los Derechos
Humanos, estén determinados en la actualidad por el Ciberespacio. Es decir,
estamos pasando de la realidad a la Ciberrealidad.
Existe
una concatenación entre la privacidad, los Derechos Humanos y la libertad.
Porque los Estados tecnológicos, los gigantes tecnológicos incentivan la
vigilancia masiva, el control y la coerción social. También el dominio sobre
las mentes, el espíritu, el comportamiento y la conciencia de los ciudadanos a
través de los algoritmos, que responden a relaciones de saber, de dominio y de
poder.
Por
eso la defensa de la privacidad y de la libertad, son fundamentales en la
actualidad; que se libran en las ONG, las instituciones académicas, las
universidades, los movimientos políticos, los parlamentos y la sociedad civil,
etc. En la actualidad las redes sociales están destruyendo la privacidad y, en
particular la de la joven generación. De ahí que el paso de los lenguajes
naturales a los lenguajes artificiales, esté posibilitando el vaciamiento de
las mentes, del espíritu, de los movimientos del pensamiento y del lenguaje.
Esto
es sumamente grave para los cimientos de la Civilización y la Cultura
Occidental.
De
ahí defender la privacidad y la libertad del ser humano, es algo importante
para la democracia y el Estado de Derecho. La educación debe educar la
individualidad desde la niñez en la defensa de los derechos y las libertades
fundamentales. También la defensa de su privacidad en un mundo tomado por las
redes sociales y su espacio público donde se mueven. Lo importante es educar a
las nuevas generaciones y proporcionarles las herramientas adecuadas para que
gobiernen las nuevas tecnologías y puedan hacerle frente desde la niñez.
Educarlos en los principios
de la cultura cívica, la solidaridad, el respeto al otro, a la diferencia de
raza, de religión, de lengua, de sexo, y exaltar los Derechos Fundamentales de
la persona humana en una sociedad democrática y plural.
Educar
a las nuevas generaciones para que tomen consciencia que ahora las Grandes Corporaciones Tecnológicas (Microsoft,
Google, Apple, Amazon o Ali Baba), son más poderosas que algunos Estados.
Enseñarles que en el escenario internacional no sólo son agentes económicos,
sino también actores políticos y militares. Que incentivan gobiernos o
sustituyen gobernantes, por la defensa de sus intereses políticos y económicos.
Son actores en la Organización de las Naciones Unidas y los Estados, la OIC, la
Alianza Atlántica, el G8, los países del BRIC (el Sur Global), el Fondo
Monetario Internacional, el Banco Mundial, etc.
Que
defienden el orden que se estableció después de la Segunda Guerra Mundial y no
el concierto actual de las naciones del mundo en vías de desarrollo. También se
oponen a reformar el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Etc. Estas y
muchas cosas más hay que tener en cuenta para hacer un análisis objetivo y
crítico del hacer de las Grandes
Corporaciones Tecnológicas en el concierto internacional.
Los
gigantes tecnológicos se están convirtiendo en actores políticos, económicos y
militares y, en pocos espacios de tiempo serán determinantes en que una única
maniobra ejecutada en el cuadro de distribución de la energía conectada a la
red de la corriente de las Grandes
Corporaciones Tecnológicas y a la
vida moderna –una red dotada de amplias ramificaciones y de múltiples
venas- repercutirá a nivel global.
Las reglas de juego político
y militar cambian y, a la vez el equilibrio de poderes nacionales e
internacionales. El hecho que Microsoft defienda a Ucrania y que toda la
información de su Gobierno esté en su nube, responde a como defenderlo si
alguien lo ataca y le ayudará también a prevenir el ataque.
Decía
en una entrevista al periódico El País
de Madrid-España, el experto israelí en inteligencia artificial, ciberseguridad
y ciberespionaje, exresponsable en estrategia cibernética del Gobierno de
Israel, Eviatar Matania que: “Estamos en una nueva era de comportamiento
político en el mundo. Microsoft, por ejemplo, comparte los valores occidentales
liberales, pero ¿qué pasaría si no lo hiciera? Es un juego que está apenas en
sus inicios, estamos solo empezando a comprenderlo y no solo en cuestión de
ciberseguridad. Facebook en Australia libra una batalla por la información.
Hay
nuevos actores en la política internacional y el debate sobre lo que pueden o
no hacer va a ser muy interesante. Hay una lucha constante entre Silicón Valley
y Washington DC, entre tecnólogos y políticos. No quieres que la tecnología
decida por ti y en un país democrático prefieres hacerlo a través de la
política. Pero hay gente que prefiere que Apple la defienda en lugar de un
senador en Washington DC. Esa lucha va a construir un nuevo equilibrio entre
los que van a controlar. En Europa, por ejemplo, dominan los reguladores. En EE
UU son los tecnólogos, las empresas y Washington DC.AWS”.
Bueno
bien, sabemos que existe una lucha entre el técnico y el colectivo técnico, los
políticos y los Estados, entre la protección de datos y los estándares de
regulación. La UE y Reino Unido están muy avanzados en la protección de datos y
la ciberseguridad. Dice Matania que: “EE UU, Rusia y China son las
superpotencias en lo ciber desde el punto de vista militar. Por detrás están
Reino Unido, Francia, Israel y otros. Pero hay otra carrera interesante, no
desde el punto de vista militar, sino de los datos. Y en esa carrera las
superpotencias son EE UU, China y la UE. Rusia no. Lejos encuentras a Israel y
Reino Unido.
Así
que, Rusia no es un actor en la carrera económico-tecnológica de la
inteligencia artificial. En Israel se ha hecho un planteamiento doble: uno,
para la seguridad de Israel y, otro, para construir un poder global en inteligencia
artificial. Ahora bien, gracias a todos los datos que tiene, hay tecnologías
basada en Inteligencia Artificial que está cambiando el mundo. EE UU y China
compiten en quién va a ser el mejor desarrollador en esa área. Y la UE busca el
mejor uso de las tecnologías.
Por
ejemplo, Finlandia dice: no podemos competir con EE UU o China en el desarrollo
de tecnologías de inteligencia artificial, pero seremos los mejores clientes.
Educaremos a nuestra población en el uso del nuevo lenguaje de datos para
conseguir una mejor economía y bienestar. Y la UE dice: voy a ser el mejor
usuario y vas a depender de mí por ello”.
Bueno
bien, lo importante en el desarrollo de los instrumentos técnicos y la IA,
respecto a la educación y la formación de las jóvenes generaciones en las
nuevas tecnologías, es fundamental. Enseñarles que vivimos en el tiempo de la
era tecnológica, que influye en la vida, la seguridad, la economía y la
cultura. Que influyen en las tomas de decisiones políticas y económicas, y como
repercuten positiva o negativamente en el espíritu, la sensibilidad, las
intuiciones, la curiosidad, los movimientos del pensamiento y el lenguaje. “No
necesitan ser tecnólogos, pero sí saber entender cómo usarla, cómo comportarse.
Será lo más importante para la próxima década o dos”.
Con
la revolución industrial sucedió lo mismo que ahora con la IA; quién esté a la
vanguardia en ciber, hará un punto de inflexión a nivel internacional. Porque
determinará el Ciberespacio y la Ciberrealidad utilizando la IA. Esto repercute
en el manejo de la información, la industria militar, farmacéutica, la economía
global, y el poder mundial y la geopolítica, estarán determinadas por la
fuerza, las tecnologías de la información, el poder económico y financiero
internacional, y la Cultura de lo efímero.
En
la actualidad la Inteligencia Artificial y el uso de algoritmos en las tomas de
decisiones que se implementan en el mundo, en la justicia penal, la salud, los
servicios de bienestar social, la educación, la inmigración, etc.; se están
utilizando sin regulación o consulta pública. Debemos educar a las nuevas
generaciones en los algoritmos utilizados para vigilarnos, clasificarnos y
puntuarnos por sistemas que desconocemos o no entendemos.
Esto
significa que estamos entregando la libertad, la autonomía de la voluntad y el
pensamiento crítico, a los algoritmos, las imágenes en movimiento, las redes
sociales. Por ejemplo, al solicitar un préstamo hipotecario o personal, un
empleo o un beneficio del Estado. Esta agresión simbolizada en las máquinas, se
está convirtiendo en la más fría e insaciable de todas. ¿Saben por qué? Porque
se implementan por los Gobiernos, los bancos, las ciudades e instituciones públicas
o privadas, sin regulación y control, entre otros.
Preguntamos,
¿qué tipo de sociedad estamos construyendo mediante el uso de la inteligencia
artificial? Como resultado, la IA ha cambiado la forma en que analizamos los
datos, tomamos decisiones e interactuamos con nuestros entornos. Como dice
Claudia Armesto: “La tecnología de IA también plantea el peligro de replicar
los sesgos existentes en la sociedad. Los algoritmos que operan a través del
aprendizaje automático aprenden de los datos existentes, entendiendo que estos
datos de entrenamiento pueden reflejar los sesgos existentes en la sociedad.
Esto plantea el riesgo de incorporar tales sesgos en los futuros programas de
toma de decisiones, lo que exacerbaría las desigualdades sociales ya existentes.
Si no abordamos estos problemas, corremos el riesgo de crear una sociedad que
perpetúe aún más la desigualdad existente y refuerce la exclusión social”.
Es
necesario que la joven generación tenga conciencia que, “la llegada de la
tecnología de IA también ha llevado a la generación y gestión de grandes
cantidades de datos, y esos datos son clasificados en base a una verdad. Con la
gran cantidad de datos generados a través de la IA, surge un problema la
objetividad de los datos, de privacidad y seguridad de los datos. El tema de la
privacidad de los datos ya se ha convertido en una preocupación importante para
muchas personas en todo el mundo. El almacenamiento de datos confidenciales, ya
sean médicos o personales, tiene el potencial de exponer a las personas a
vulnerabilidades que podrían tener un impacto significativo en la sociedad,
incluido el robo de identidad, la invasión de la privacidad y el fraude”.
En
suma: Las jóvenes generaciones deben educarse para distinguir entre las fake news de la verdad. Una de las
futuras luchas será entre la falsedad y la mentira, la verdad y la posverdad,
distribuidas en las redes sociales. Veremos la capacidad de construir verdades
paralelas, de crear mentiras que seducen, porque atacan y penetran el
inconsciente de los jóvenes y de los ciudadanos. Hay que preparar a las jóvenes
generaciones, en el ámbito de la curiosidad, la capacidad de asombro, de
crítica, de análisis y de juzgar. Es necesario educar a la joven generación y
la sociedad en general, para entender cómo abordar la IA y las consecuencias de
la automatización que trae consigo.